Las irregularidades denunciadas por el Sindicato de Enfermería (SATSE) y el sindicato médico de Baleares (SIMEBAL) que se vienen produciendo en el transporte aéreo sanitario que el Govern balear ha subcontratado en la empresa Eliance son muy graves. Y, además, se suman a las que había hecho el sindicato de pilotos SEPLA. Las tres organizaciones sindicales coinciden en que no está suficientemente garantizada la seguridad de los trabajadores ni de los pacientes en dichos vuelos, algo que es del todo inadmisible.

Acusaciones muy graves. Ni los aviones ambulancia, ni los helicópteros ambulancia, ni el instrumetal de los aparatos ni la titulación de los pilotos se ajustan a las normativas ni a los pliegos de la adjudicación, según la denuncia de los sindicatos. Por este motivo, han pedido al Govern balear una auditoría que aclare cuál es la situación real del transporte aéreo sanitario. También han solicitado que no haya vuelos nocturnos entre Ibiza y Mallorca en helicóptero y que sean operados por los aviones ambulancia, entre otras medidas obvias. Tienen toda la razón al exigir el cumplimiento de la normativa en seguridad aérea; el cumplimiento de los pliegos de la adjudicación; que se garantice la seguridad de los vuelos, incluidos los vuelos llamados instrumentales, es decir aquellos con poca visibilidad o nocturnos; y que haya dos pilotos con la titulación exigida en cada vuelo.

Respuesta del Govern.
Todas son medidas razonables y que no pueden caer en saco roto. La consellera balear de Salud y Consumo, la socialista Patricia Gómez, debe tomar cartas en el asunto de forma inmediata y atender las peticiones de los sindicatos. No es suficiente declarar en el Parlament que no le temblará el pulso. Tiene la obligación de demostrarlo, encargando la auditoría exigida por los sindicatos y velando por la seguridad de los pacientes y trabajadores del transporte sanitario balear. Es un servicio escencial para reducir los elevados costes de la insularidad que padecemos.