El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció ayer el cierre de todas las fronteras terrestres de España a partir de la pasada medianoche. La medida se enmarca en el paquete de disposiciones con las que el Gobierno, en este caso dentro de una estrategia continental avalada por la Unión Europea, trata de frenar la propagación del coronavirus. Lo sorprendente es que, hasta ahora, Ibiza y Formentera y el resto de las islas mantienen todavía el 50% de sus conexiones aéreas y marítimas con la Península operativas.

Cierre total por vía aérea y marítima.
Desde la semana pasada, el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, la presidenta de Formentera, Alejandra Ferrer, y la presidenta del Govern, Francina Armengol, reclaman una restricción severa de las comunicaciones, nacionales e internacionales, con las Islas. La respuesta del Gobierno ha sido hasta el momento, sin embargo, tibia e insuficiente, tanto que mantenemos abierta la puerta de entrada a la propagación de la COVID-19 en las islas a través de pasajeros que llegan sin control sanitario desde Madrid, el foco más importante de todo el país y con una tasa casi exponencial de contagios, y otros lugares. Es incoherente confinar a la población en sus casas, cerrar las fronteras con mantener abiertas las llegadas de pasajeros a través de puertos y aeropuertos.

Aislamiento efectivo.
Todavía se desconocen las razones por las que siguen operativos los trayectos aéreos con la Península y el extranjero, una decisión de consecuencias epidemiológicas todavía por determinar. No está en cuestión el abastecimiento alimentario o de bienes, ya que el coronavirus viaja a bordo de las personas, con independencia de su origen. Es en este contexto en el que es imprescindible reclamar el blindaje efectivo de Ibiza y, por ende, de Formentera mediante instrucciones claras, que permitan la salida de los desplazados, el regreso de los residentes y los desplazamientos urgentes. Ibiza está teniendo afortunadamente un nivel de contagios menor que Mallorca y Menorca, isla con menor población pero con más casos (6), y Formentera aún no ha registrado ningún caso. Eso no es óbice para no tomar medidas antes de que sea demasiado tarde.