La información que publica hoy Periódico de Ibiza y Formentera sobre la falta de protocolo con el que actuar ante el caso del alumno que decida no ponerse la mascarilla por decisión propia o por insumisión familiar corrobora la falta de previsión con la que los centros escolares están teniendo que afrontar el inicio del curso escolar. La Conselleria de Educación informó ayer de que no se puede expulsar al alumno de clase, ni tampoco obligarlo a ponerse la mascarilla y que cada caso será tratado individualmente, lo que supone traspasar la responsabilidad al profesorado y alimentar una fuente de conflicto. Es censurable que la Conselleria de Educación no haya diseñado una respuesta para atender a los alumnos cuyos padres cometan la irresponsabilidad de llevarlos sin mascarilla, una opción que no podemos descartar a la vista de la numerosa concentración de antimascarilla del pasado viernes en el centro de Vila, y a los que libremente decidan no llevarla, en un acto de rebeldía propia de algunas edades escolares. Es necesario diseñar una respuesta nítida para atender estos casos y evitar que cada profesor tenga que decidir en función de su criterio ante estos previsibles episodios.

Primeros positivos.
El curso escolar en los centros públicos empieza hoy con los primeros positivos entre el profesorado. El contagio de un docente del colegio de Primaria de Santa Gertrudis y el consiguiente asilamiento de 10 compañeros impedirá el inicio con normalidad para las clases de primero y segundo de Primaria. También ha habido un caso de una profesora de Infantil en el colegio privado Liceo Francés, centro que había empezado las clases a principios de mes, lo que ha obligado a aislar a toda la clase.

‘PCR exprés’ masivos ante la nueva realidad.
Antes de que empiecen las clases, ha quedado claro que los positivos en los centros escolares, por parte de docentes y alumnos, alterarán las programaciones de numerosos grupos en los próximos meses. En este escenario, es urgente que la Conselleria de Salud verifique la fiabilidad de los PCR exprés, pruebas que por su coste y rapidez, permiten plantear el cribado masivo de profesorado y alumnado para aislar a aquellas personas contagiadas y evitar así la propagación del virus en las aulas.