Dos semanas después de que el Ayuntamiento anunciara la reapertura al tráfico de la remodelada avenida de Isidor Macabich, los semáforos siguen sin funcionar, creando situaciones de peligro tanto para los conductores como para los peatones. Unos viandantes que, además, observan asombrados e indignados cómo los usuarios del carril-bici no respetan en absoluto las normas más básicas de circulación. La fortuna ha querido que, de momento, no se haya registrado un incidente trágico en la avenida pero ningún gobernante medianamente serio puede dejar la seguridad vial en manos del azar.

Las excusas del Ayuntamiento

Vila ha justificado en medios afines que parte de los semáforos aún no funcionan porque la empresa responsable del sistema es «de fuera de Ibiza». Una excusa absurda para justificar la dejadez municipal inaceptable en una obra que ha costado más de 4 millones de euros y que, además, ha supuesto la ruina para muchos comerciantes de la avenida. Comerciantes que, en su mayoría, no han podido acceder a las ayudas comprometidas por el alcalde, Rafa Ruiz. Ni este ni ningún miembro de su gobierno ha sido aún capaz de ofrecer una explicación seria al desaguisado.

Miedo a las urnas

Que Isidor Macabich se haya reabierto al tráfico sin algo tan básico como los semáforos en funcionamiento o sin la señalización correcta del carril-bici solo puede justificarse por la cercanía de las elecciones. Pero es también un síntoma importante de la desidia y la dejadez con la que Ruiz y sus socios de Podemos han gestionado esta ciudad en los últimos años. La principal arteria comercial de Ibiza no puede convertirse, por obra y gracia de unos políticos sin ideas, en una calle cualquiera. Y eso es lo que han logrado los promotores de un proyecto que solo ha servido para arruinar a unos pocos y enfadar a demasiados.