La ronda de consultas que el Rey llevará a cabo hoy y mañana concluirá con la designación de Pedro Sánchez como candidato a la investidura. Al mismo tiempo, se abre un periodo de incertidumbre con una fecha límite, el lunes 27 de noviembre, para que el presidente del Gobierno en funciones consiga su objetivo. En caso contrario, habrá que acudir de nuevo a las urnas. Tras las dos votaciones de la investidura fallida del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, arranca un nuevo calendario con dos momentos clave: la nueva llamada de Felipe VI a los grupos parlamentarios antes de proponer formalmente a Pedro Sánchez, y la fecha de su debate de investidura. Pero tanto de La Moncloa como desde el PSOE advierten que queda mucha negociación por delante, acentuada por la tensión que provocan los condicionantes de Junts y ERC. Ambas formaciones exigen que, para votar a favor de la investidura de Sánchez, debe existir un compromiso claro de convocar un referéndum.

Dura negociación.
A partir del martes 3 de octubre, el presidente en funciones y secretario general del PSOE tendrá 55 días para obtener los votos que necesita para que prospere su investidura. Pero debe superar las negociaciones y cerrar acuerdos con los grupos parlamentarios. Sánchez necesita tiempo para hacer realidad el convencimiento de que volverá a encabezar un Gobierno progresista, porque, ahora mismo, no tiene cerrados los votos necesarios para lograr su objetivo

Amnistía y el referéndum, dos escollos.
Los dos escollos a superar consisten en la amnistía a los encausados y condenados por el ‘procés’ independendista de Cataluña y la celebración un referéndum. Ambas propuestas son rechazadas por el PSOE o, al menos, eso dicen por el momento. En el caso del referéndum, la oposición socialista ha sido frontal. La designación de Sánchez como candidato pondrá a prueba la capacidad de entendimiento de varias formaciones y, sobre todo, de que se entienda el sentido y por qué de los pactos.