Partido Popular y Vox escenificaron ayer su reconciliación. La formación de Abascal apoyará la aprobación del techo de gasto, un requisito indispensable para sacar adelante los Presupuestos, y el equipo de Prohens se comprometió a desarrollar la libre elección de lengua en la educación. Vox festejó su logro a lo grande y, por el camino, la comunidad educativa decidió dejar plantada a la presidenta del Govern.

La satisfacción de Vox.
El partido ultra tiene motivos para sentirse satisfecho, fundamentalmente porque ha abierto un melón que, a excepción de José Ramón Bauzá, nadie había tocado. Tras el acuerdo entre PP y Vox, la libre elección del idioma hasta los ocho años entrará en vigor el próximo curso en los colegios que sea posible, especifica el comunicado emitido por los dos socios en el Govern. Técnicamente, lo que pretenden aplicar es el artículo 18 de la Llei de Normalització Lingüística de les Illes Balears, que especifica que «los alumnos tienen derecho a recibir la primera enseñanza en su lengua, sea la catalana o la castellana. A tal efecto, el Govern ha de arbitrar las medidas pertinentes para hacer efectivo este derecho...»

La vía del consenso.
Para el resto de cursos de Primaria y Secundaria, según el anuncio de PP y Vox, se diseñará un plan piloto al que se podrán acoger los centros de forma voluntaria. Al margen de la exagerada propaganda de Vox y aunque arranque con timidez, es innegable que el modelo educativo de Balears sufrirá cambios de forma gradual. En este escenario, algunos de los actores implicados ya han mostrado sus cartas. Escola Catòlica, que aglutina a gran parte de los centros concertados, expresó su satisfacción, mientras que el colectivo de docentes exteriorizó su malestar con Prohens y se negó a participar en una reunión que ellos mismos habían reclamado 48 hora antes. Aparentemente descartada la vía del consenso, PP y Vox parecen haber emprendido un viaje de consecuencias imprevisibles.