Fue una votación peculiar. Una jornada rocambolesca. El Gobierno logró finalmente sacar adelante dos de sus decretos anticrisis. La abstención de Junts, la formación independentista de Carles Puigdemont, allanó el camino a Pedro Sánchez, que unas pocas horas antes no las tenía todas consigo. Podemos, que votó en contra de la reforma del subsidio, irritó a Yolanda Díaz y dinamitó cualquier espacio para la reconciliación con Sumar. En cualquier caso, el decreto ómnibus -cuyas claves son la Justicia, la Función Pública o el mecenazgo, entre otras- fue el único que salió adelante en la primera votación. La surrealista sesión se completó con el voto erróneo de un diputado de Sumar, que provocó un empate y obligó a repetir la votación.

Concesiones

Es probable que lo del miércoles fuera un anticipo de lo que puede suceder durante la legislatura, pero también quedó patente que Pedro Sánchez siempre se guarda un as bajo la manga. Eso sí, el inesperado apoyo de Junts -con su abstención- tiene un precio para el Ejecutivo. Los independentistas consiguieron nuevas competencias políticas y beneficios económicos para Catalunya. El acuerdo contempla para la Generalitat la gestión sobre la inmigración, que es un tema que preocupa especialmente a la ciudadanía, y también la asunción por parte del Estado de la bonificación de los transportes públicos urbanos en aquella comunidad.

Gratuidad del transporte

En cualquier caso, el transporte público seguirá siendo gratuito en Balears después de que el pleno del Congreso validara este descuento en la complicada sesión. La votación del decreto de medidas anticrisis se resolvió en primera instancia en un empate de 171 a favor y 171 en contra, lo que obligó a hacer una segunda votación en la que se obtuvieron los 172 votos que garantizan la prórroga de esta medida. Es, sin duda, un alivio para las economías familiares.