La crisis de Vox está deteriorando y desprestigiando la vida política balear a un nivel insostenible. En estos momentos existen muchas dudas si los cinco diputados de Vox, que además han sido expulsados del partido, tienen capacidad para destituir al presidente del Parlament, lo que permitiría seguir a Gabriel Le Senne al frente de la Cámara autonómica. Pero esta cuestión es, ahora mismo, una cuestión menor. ¿Puede Prohens mantener un acuerdo con un partido que está disuelto de facto o quizás debe plantearse la convocatoria de nuevas elecciones?

Decisión en abril

Prohens deberá esperar unos meses para decidir    si convoca o no elecciones en Balears de forma anticipada. Hasta el mes de abril dispondrá de tiempo para analizar los apoyos que tiene y si son suficientemente estables para poder gobernar lo que resta de legislatura. El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Palma, Fulgencio Coll, tiene claro que si él fuese Prohens convocaría nuevas elecciones lo que significaría, para empezar, que los cinco diputados díscolos de Vox desaparecerían de la vida política balear. Otro de los afectados si se convocasen elecciones sería Llorenç Córdoba, que sin partido no parece probable que continuase en la Cámara por mucho que él crea que todos los habitantes de Formentera le apoyan.

Estabilidad

Prohens tiene más de tres años de legislatura y necesita estabilidad. Ahora mismo Vox no existe y es previsible que todos los diputados, los díscolos y los expulsados, acaben en el grupo mixto. Prohens no tiene ningún interlocutor válido para negociar y tampoco es aconsejable estar en manos de un partido que se encuentra en estado de descomposición. Siempre es difícil para un dirigente político que gobierna convocar elecciones porque es un riesgo y existen posibilidades de perder el poder, pero en esta ocasión sería la salida más recomendable en caso de que no se aclare la situación de Vox. Prohens no puede estar en manos de tránsfugas durante más de tres años.