Llorenç Córdoba. | Archivo

Este periódico difunde este domingo en exclusiva las conversaciones entre Llorenç Córdoba, presidente del Consell de Formentera, y José Manuel Alcaraz, presidente del PP y exconseller del gobierno insular. La grabación confirma que Córdoba exigió un sobresueldo de 4.000 euros para solventar sus problemas económicos, llegando incluso a afirmar que no tenía dinero ni siquiera para comer. Córdoba pretendía que el Govern le pagase un plus de la misma forma que se paga a «un chivato o a un moro para que dé información a Interior», lo que supone una comparación indigna de un político que preside una institución.

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Problemas personales.
Córdoba admite en su conversación con Alcaraz que necesitaba más dinero de la política, a pesar tener unos ingresos que superan los 80.000 euros entre el sueldo del Consell y las dietas del Parlament y de la Autoritat Portuària. El presidente formenterense recordaba que con su voto apoyaba al Govern de Prohens y por ello se merecía un sobresueldo. Es realmente sorprendente que Córdoba no supiese qué ingresos tendría cuando aceptó ser el candidato de Sa Unió al Consell en lugar de intentar reflotar su negocio si, como afirma, tenía tantos problemas económicos.

Situación insostenible.
Tras desvelarse las conversaciones entre Córdoba y Alcaraz, el presidente del Consell de Formentera debería dimitir de forma inmediata para dignificar la institución que preside. Córdoba quizás no sabe que la política está para servir a los ciudadanos y no para solventar los problemas económicos de nadie. Después de lo que se conoce, tampoco hay excusa por parte de PSOE y Gent per Formentera para no apoyar una moción de censura. Si querían pruebas ya las tienen y ahora deben colaborar para que Córdoba deje de presidir el Consell de Formentera con urgencia. Los habitantes de la isla no merecen un presidente que aspira a solventar sus problemas económicos a través de la política. No debería seguir ni un día más en el cargo.