La declaración de Fernando Areal, ex gerente del Partido Popular en Balears, como imputado en el 'caso Palma Arena' se ha convertido en un mero pretexto para exculpar a su cuñado y ex president del Govern, Jaume Matas, mediante el peregrino argumento de negarlo todo, incluso la evidencia. Areal pretende que se admita que él era el único que decidía qué pagos se hacían en el PP, incluso la agencia que llevaba el peso de la campaña electoral era un tema de su absoluta y exclusiva competencia. También resultan chocantes los argumentos que utiliza para defender que los mismos arquitectos que ejecutaron la obra del velódromo, los hermanos García-Ruiz, sean los que se responsabilizaron de la reforma de la nueva sede regional de los conservadores porque está muy cerca del edificio administrativo del Parlament, también reformado por los mismos arquitectos.

Respecto a uno de los aspectos centrales de la comparecencia judicial de Areal en el 'caso Palma Arena', los pagos sin facturación a la agencia de publicidad Nimbus, su declaración ha evidenciado una clamorosa contradicción con los testimonios de otros testigos que, bajo juramento, aseguran los pagos 'en negro' de más de 71.000 euros. Otro episodio que pone en entredicho la transparencia en la financiación del PP balear.

Una declaración clave como la de Fernando Areal, lejos de esclarecer su papel en el 'caso Palma Arena', sólo ha logrado incrementar las dudas y, por supuesto, restar credibilidad a la pretendida transparecencia de las finanzas del Partido Popular, cuyos dirigentes no han cesado de proclamar. Por otra parte, la estrategia utilizada por Areal para proteger a su cuñado, el ex president Jaume Matas, puede acabar resultando muy poco creíble.