Cada uno es lo que quiere, puede o le dejan ser. Roma no es una ciudad famosa por sus playas, tampoco Nueva York lo es por sus restos arqueológicos, así como nadie va a Hong-Kong por sus zonas naturales protegidas. Cada una de ellas es conocida por lo que aportan al visitante; cultura, arquitectura, gastronomía... los turistas deciden visitar esos lugares por lo que ofrecen o se imaginan que son.

Está claro que quien carece de restos arqueológicos, de ríos o montañas practicables, de ciudades arquitectónicamente admirables difícilmente pueden promocionar estas actividades para atraer turismo. Es cierto que existen lugares que disfrutan de opciones con múltiples ofertas para atraer a un turismo de masas que decide ir por uno u otro motivo. El acierto de conjugar las cualidades del territorio a promocionar de manera acertada recae en quien tiene la responsabilidad de publicitar un destino turístico.

Todo este preámbulo se debe a que creo que Ibiza tiene suficientes cualidades para ser pionera y vanguardia en el mundo, tanto en marca como en oferta de opciones para poder atraer turismo de manera generosa, afortunadamente tenemos excelentes playas, clima, cultura, gastronomía y medio ambiente (aunque este cada vez más castigado) así como una oferta de ocio que es un potente imán para atraer turismo de masa.

Este turismo masivo que viene buscando discotecas, beach-clubs, disc-jockeys, parties y gente guapa es hoy por hoy el que imprime el perfil turístico de la isla. Hace años que Ibiza se está ofreciendo como la isla de la libertad y el desenfreno, aquí cabe todo y lo que aquí ocurre es comentado en todo el mundo, somos la vanguardia de la fiesta. Las discotecas no solo generan industria turística además marcan el principio y el final de la temporada, sellando el punto de inflexión anual y totalmente ajenas al resto de visitantes atraídos por las otras ofertas de la isla.

Somos famosos por esto, que casi nadie cuestiona y que además parece que nos va muy bien, dado que no hay serios indicios de querer cambiar este modelo turístico, por este motivo no entiendo el revuelo formado porque la MTV quiera grabar su programa Ibiza Shore en Ibiza. Tengo que confesar que nunca he visto un capítulo de Gandia Shore, pero sí he leído de qué va y conozco el perfil de estos programas. Personalmente no me gustan y preferiría que no se hiciera en Ibiza, ni en ningún sitio, particularmente por el mal gusto que destila ese programa, y entre otras cosas porque la promoción que nos podría producir ya la tenemos más que cubierta y porque creo que esta no es la promoción que necesitamos.

Pero una vez aclarado lo que pienso sobre el programa y su grabación en Ibiza, no deja de sorprenderme el doble rasero de medir con el que se trata el hecho de que la MTV quiera hacerlo aquí y el silencio que provocan el resto de situaciones que se dan en la isla de manera habitual y sobre las que no se dice nada ni en las instituciones, ni en las asociaciones empresariales, ni los ciudadanos, más allá de la pura anécdota.

Parece poco probable que la MTV quiera grabar su programa en Roma y debe de ser porque probablemente la imagen que promociona esta ciudad no es el ocio joven desenfrenado sino su historia, sus restos arqueológicos, su arte y su cocina. Menos probable parece que se planteasen hacer un Himalaya-shore o un K7-shore , o una ruta Santiago shore, porque su promoción se basa en el camino, su catedral, su ciudad y su gastronomía, y así podríamos seguir analizando la promoción y proyección que cada lugar quiere tener y hace al resto del mundo.

Por eso cuando nos eligen para hacer una cutrada, hiperactuamos en la respuesta y no nos planteamos la cuestión de fondo y el porqué nos eligen, y la realidad es que ya somos ‘Shore’, con o sin programa, con o sin MTV, lo que vendemos, lo que promocionamos, lo que vivimos durante unos meses al año es lo que no queremos ver reflejado en televisión para que no nos saque los colores.