...un ratón, que no sé si come turrón y tampoco sé si juega al ajedrez. El ratón de Susana no se llama Pixie, ni Dixie, se llama Patxi. Me explico: la heredera de Griñán, que emergió porque los dos últimos presidentes de Andalucía no tuvieron más remedio que orillearse al no saber nada de los cientos de millones de euros que iban destinados a los parados y que pasaron cerca de sus narices. Pues bien esta Susana, con apoyo pleno de Glez y del clan tortilla, representa al PSOE más socialista-español, sin embargo Patxi es la imagen del PSOE más nacionalista de nacionalidades, el más federalista, el que pasta en las nacionalidades llamadas históricas o «ecosoberanistas» como la actual Baleares de Biel Barceló. Este Patxi, ratón de Susanita, es una buena solución estratégica vista desde el aparato de Ferraz porque tenemos de un lado a una «españolista» y por otro a un federalista asimétrico, que no es tan ingenuo como Sánchez, y que le viene como anillo al dedo al bailarín Iceta y sobre todo a nuestra presidenta Armengol que no podría vender a sus conmilitones y fans el comulgar con Susana, con el flamenco, los toros, la feria de Sevilla y el pescaito (sic) frito. La cosa va a quedar así: Susana va a ganar y se va a hacer con las cuadrigas del PSOE, Patxi va a perder pero como es un hombre del partido entrará en la traca final en el equipo de Susana. Y entonces Armengol ya tendrá un interlocutor válido en Madrid, o sea este Patxi más presentable ante su afición. Y eso es la operación vemos dibujada: Sánchez fuera y Patxi, supuesto roedor de Susana, dentro, los dos se complementan y aquí paz y después ya veremos.