En Balears, sobre todo en el Govern y en los consells insulars, no son habituales los gobiernos en minoría. Todos los gobernantes han intentado sumar votos para gobernar por mayoría absoluta, pero esta situación no es una garantía de estabilidad política. Ahora Prohens tiene la posibilidad de utilizar esta práctica y no tener que gobernar con Vox, que le supondría un desgaste innecesario durante cuatro años. Gobernar en minoría supone hacer un esfuerzo para pactar leyes y mostrar músculo político, algo que ha hecho muy bien Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid en los últimos años.

Los desencuentros del gobierno de Formentera se han pagado en las urnas

La propia Alejandra Ferrer, de Gent per Formentera, reconoció en la noche electoral que los desencuentros en el Consell con sus socios socialistas había sido uno de los motivos para perder las elecciones en beneficio de Sa Unió. No debió favorecer    nada tampoco que Gent per Formentera se manifestase contra su propio gobierno cuando se produjo la polémica de los chiringuitos. Tampoco debió ayudar el desastre de s’Estany des Peix y la falta de vivienda. Si además de gobernar mal hay desunión entre los socios la derrota electoral es prácticamente segura.