De entrada ya se me está ocurriendo la dichosa frasecita cuyo estribillo dice así:

"Poder no podemos, pero joder! que ganas tenemos" Ah! que no es así? Bueno tampoco será para tanto. Algunos partidos políticos cuando elaboran sus programas electorales reivindican el verbo poder como si solo fuese de uso exclusivo haciendo propuestas muy concretas y sin embargo después tienen por costumbre hacer la contraria. O lo que es peor: No hacer nada. Ahora; si bien es cierto que intenciones no les faltan. Lo que ocurre es que luego las ideas se diluyen como el contenido de un azucarillo en el café con el paso de los días y al final pues si te he visto no me acuerdo, hasta que de nuevo aparecen las elecciones en el horizonte, momento en el cual se desempolva el programa que se encontraba oculto en el baúl de los recuerdos.

A veces me pregunto - y sé que no solamente yo lo hago - si resulta fácil encontrar políticos que hoy en día quieran poner su mejilla para que se la rompan por un salario que en muchos casos viene a ser como el pan para hoy y el hambre para mañana abandonando sus empleos fijos o descuidando negocios fructíferos que alimentan a sus familias sin otra necesidad. Lo que muchos no saben es que el desgaste es tal que a modo de ejemplo cuando empiezas en política comienzan por llamarte Felipe y al final del mandato acaban llamándote "lipe" principalmente por la pérdida de la "fe" depositada por muchos fieles votantes que ven defraudadas sus expectativas. Hay otros ejemplos ya sea en el lado que sea del espectro político. De igual forma tampoco le fue Mejor a Aznar que por perder además de unas elecciones acabó perdiendo su bigote. Ya lo dijo Blas de Otero en sus poemas: "Pues aquí no se salva ni Dios". Y llegando a la fe que es a donde yo quería ir a parar me sigo preguntando qué fe se puede tener en la elección de un candidato desconocido a boleo sin saber ni de dónde viene ni a donde tan siquiera va. Porque por mucho que se elija a alguien por el método del sufragio directo si no te lo pintan y sabes de qué color es, lo que te puede ocurrir es que acabe pareciéndose como gota de agua al caballo rocinante de nuestro afamado caballero andante Don Quijote de la Mancha y no precisamente por ser rocín sino por ser sólo piel y huesos. Osease: Sin sustancia alguna.

El panorama se presenta complicado porque en estos tiempos (y en general en todos los tiempos) no es mejor quien gana sino que lo hace el que generalmente se encuentra en el momento adecuado en el lugar adecuado. Y si no, que se lo pregunten al melenas Pablo Iglesias - Que algunos ya le llaman el terror de las nenas-. Por lo menos nombre no le falta e incluso la similitud con su tocayo fundador del Psoe en lo que a marxista representa puede servirle para arañar votos al mismo para aquellos sentimentales que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor y que donde haya barricadas que se quiten las manifestaciones pacifistas cursiloides de hoy en día.

-¿ A ver si al final va a existir la reencarnación solo que en vez de barba y bigote esta ha sido con melena?

No sé. Tal vez debamos estudiar el asunto con profundidad porque en esta época de cambios tan rápidos apenas tenemos tiempo de discernir lo bueno de lo malo. Y lo cierto es que hay tanto donde elegir en el espectro político que a los de a pié se nos hace difícil y a veces complicado.

De niño mi madre me llevaba de compras con ella al mercado. Observaba como elegía sabiamente los productos frescos del día. De todos ellos, al llegar al puesto del pescado siempre me decía: " fíjate en los ojos y en las agallas" y por ellos sabrás si es fresco o no lo es. Esta es pues la clave: Siempre para elegir hay que mirar los ojos y las agallas. Del brillo y la nitidez de los primeros dependerá la sabiduría de gobierno y de la segunda la capacidad de gestión de riesgo para llevar los proyectos adelante.

Pero esto es tan solo una teoría. Ahora toca saber quien le pone el cascabel al gato. Mientras tanto vayan haciendo juego señores y señoras.