La Semana Santa en las Pitiüses también podría denominarse la Semana Deportiva. El protagonismo religioso en Eivissa y Formentera es importante, pero también lo es su infinita oferta deportiva.

Pocas ciudades pueden presumir de ser capaces de recibir la visita de más de 4.000 personas única y exclusivamente por motivos deportivos. Es cierto que en Andalucía, de donde procedo, el número de turistas se multiplica para disfrutar de la Semana Santa, pero difícilmente reunirá cuatro millares de personas esos días para realizar deporte.

Las Pitiüses pueden, por tanto, presumir de ello. Sí, porque el turismo aquí, lejos de lo que ciertos reportajes televisivos suelen ofrecer, no se ciñe a sexo, drogas y alcohol. La fiesta se trasladó estos días a los campos de fútbol (Santa Eulària Cup y Torneo Alevín de Formentera), las pistas de balonmano (Torneo Nacional HC Puig d’en Valls) y baloncesto (Torneo Infantil de Semana Santa), los tatamis de judo (Stage de Formentera), las mesas de ‘tennis taula’ (Campeonato de Balears), las aguas pitiusas (La Ruta de la Sal y Regata Ophiusa) y las carreteras ibicencas, que se cerraron temporalmente al tráfico para la celebración de la Vuelta a Ibiza en mountain bike.

Especial mérito tiene la organización de este último evento. No en vano, ha conseguido que Teledeporte emitiera diariamente un resumen de cada una de las tres etapas que componían la ronda ibicenca. España y buena parte del mundo pudieron así disfrutar de la verdadera cara de la isla, la del encanto y los paisajes paradisíacos. Y es que no hay nada más sano que el deporte para reflejar las cualidades de Eivissa. Gracias, Semana Santa. Gracias, Semana Deportiva.