Quiero una sanidad pública de calidad. Quiero una sanidad en la que no tenga que esperar tres o cuatro meses para que me vea un médico especialista, el mismo que en su consulta privada y por un módico precio te atiende al día siguiente. Quiero que los ’gurús’ de la sanidad se aclaren de una vez con el tema de las vacunas. Un ejemplo es la vacuna de la varicela que se retiró de las farmacias para después incluirla en el calendario de vacunación. Quiero que los traslados de enfermos y acompañantes no sean un auténtico vía crucis porque al sufrimiento que supone una enfermedad y tener que pasar por un quirófano, se suman los trámites burocráticos para obtener los billetes de avión y pagar con antelación de su propio bolsillo las irrisorias dietas. ¿Por qué no se le aplica la subida de IPC? Quiero que si cualquiera de nosotros que vivimos en Eivissa y Formentera tenemos que irnos fuera nos ofrezcan un alojamiento digno y en condiciones para estar como en casa. Quiero que la sanidad pública no se convierta en un negocio con precios de parking abusivos. Que los enfermos de cáncer dispongan cuanto antes de un servicio de radioterapia en el hospital Can Misses y evitar esas largas semanas, de lunes a viernes, en Palma para someterse a un tratamiento que no dura ni cinco minutos. Quiero que el gobierno dote de financiación el fondo de cohesión sanitaria y no lo retire de sus presupuestos. Un fondo que sirve para garantizar que cualquier ciudadano que tenga que desplazarse fuera de la comunidad para recibir tratamiento lo pueda recibir en otra. Sólo en las Pitiüses, el año pasado 282 pacientes se desplazaron a la Península para recibir tratamiento médico. Quiero que los médicos y enfermeras en paro no tengan que rechazar contratos en Eivissa porque los precios abusivos de los alquileres aprovechando la temporada alta les impide trabajar aquí. No sé si es mucho pedir en esta isla envuelta en el lujo de la temporada, pero esto es lo que quiero.