Hay gente que se cree poder hacer lo que le venga en gana, sin respetar ni a sus conciudadanos ni a las Leyes. Así tenemos a gente alquilando camas por cantidades desorbitadas; a camareros sin contrato de trabajo o haciendo más horas de las que aquel estipula; a okupas reivindicando su "derecho" a vivir en una casa que no les pertenece; a taxistas ilegales buscando clientes en el área de llegadas del aeropuerto; y a taxistas legales circulando a toda velocidad por un camino de tierra que transcurre paralelo a la carretera, solo para saltarse la retención. En todos estos casos los autores de las conductas incívicas o directamente ilegales, conscientes de la ilicitud de su comportamiento, aún tenían arrojo para justificarse. Jorge Ortega, el taxista del "calentón", se defendió diciendo que no había matado a nadie y que desde que su hazaña fue difundida, le costaba mucho dormir. Encima se presenta como la víctima, tal es su cara dura. Andábamos buscando taxistas piratas sin licencia y mira por dónde, hemos pillado a uno con licencia y todo. Dice estar preocupado, asustado y con miedo y por eso está intentando averiguar quién colgó el vídeo en Youtube, suponemos que para vengarse, lo que ya es el colmo. Conviene que la Guardia Civil de Tráfico le denuncie por lo que hizo, porque si alguien merece que le vuele el carné, ese es Ortega. La culpa será suya, no de quien colgó el vídeo. Y si su jefe le ha mostrado su apoyo como dice, entonces igual debería volarle la licencia también a él. En Eivissa acaba pareciendo normal lo que no lo es. Abundan aquí taxistas que se creen los reyes de la carretera y conducen como kamikazes, sin importarles nada ni nadie. Bueno sería que la Autoridad, de haberla en Eivissa –cosa que no consta–, los ponga en su sitio alguna vez.