Los acuíferos de nuestra isla se recuperaron el pasado invierno gracias a las fuertes lluvias caídas, muy buena noticia para el campo y los agricultores, pero ahora ya llevamos unos cinco meses de sequía y coincide con el inicio de la temporada turística. Aquí y ahora, entonces, el campo no sufre la misma escasez, pero sí hay necesidad de agua para el arbolado en general. El problema es que en nuestra isla no llueve lo suficiente y no toda la gente puede beber agua de calidad procedente de las plantas desaladoras ubicadas en los municipios de Eivissa y de Sant Antonio. En cuanto a la de Santa Eulària, aún paralizada, resulta ahora que no hay suficiente energía eléctrica para ponerla en marcha y ya se habla de utilizar grupos electrógenos. La pregunta es simple: ¿por qué los autores del proyecto no calcularon la potencia que necesitaría la planta? Al mismo tiempo, en Platja d’en Bossa y en la costa de poniente de Sant Josep, lugares eminentemente turísticos, a lo que se debe añadir la población residente, resulta que mana por sus grifos agua salada, no potable, hecho que debería ser denunciado a la Organización Mundial de la Salud (quizá por parte de las asociaciones de vecinos), digo yo, y acabar con la incompetencia, la verborrea y el manfutismo de casi toda la clase política, que es incapaz de garantizar el abastecimiento de agua de calidad a todas las personas, tanto si son foráneos como visitantes. Y por si fuera poco, la red de interconexión no está finalizada y todos los responsables saben que no toda el agua potabilizada de Sant Eulàría puede llegar a Sant Josep puesto que hay zonas muy sedientas en el municipio de Santa Eulària. Así que hay que conseguir que los políticos municipales, autonómicos y el propio Govern balear den una solución muy rápida a los citados males que sufre Eivissa.

Y pienso y cavilo y me viene a la memoria que tanto los gobiernos del PP como del PSOE jamás se han preocupado seriamente por el problema del abastecimiento de agua en nuestra isla, exceptuando a Paco Boned, Toni Costa, Enrique Mayans y Antoni Marí Tur ‘Botja’. Y merece especial atención el Ayuntamiento de Sant Josep, que se ha pasado muchos años recibiendo agua desalada de Sant Antoni y de Eivissa y ahora mismo les falla la que esperaban de Santa Eulària. Sinceramente, Sant Josep se lo debe hacer mirar y realizar serias gestiones para construir una planta desaladora de agua de mar en su municipio.

Probablemente, y es mi opinión, un principio de solución puede estar en manos de ‘Podemos’, que con sus escaños ha facilitado la formación de gobiernos en ayuntamientos importantes, el del Consell Insular y del propio Govern balear. Habría que ver la reacción de sus compañeros de gobierno si presentaran mociones y propusieran aumentar los metros cúbicos de agua desalada que necesitamos. ¡Vivir para ver!

Fe de errores. En la edición de ayer se publicó el artículo ‘Quan podem triar’ atribuyendo su autoría a Nito Verdera cuando en realidad el autor de ese artículo es Bernat Joan.