Señores y señoras esto se va a la mierda. No se alarmen, no es nada nuevo, hace ya bastante que el barco se hunde pero lo importante es que no pare la música y que la banda siga tocando como ha hecho hasta ahora. Que no cunda el pánico. ¿Ahora en serio, no tienen la sensación de que estamos como aquel avión que despega y está en punto de no retorno sabiendo que la pista se acaba y al final hay un acantilado precioso repleto de buitres esperando su festín? Cada vez que abro el periódico o miro las noticias siento un escalofrío terrible y es que todo es paro, guerras, atentados, asesinatos, violaciones, epidemias, nacionalismos, agresiones, odio, superpoblación, pobreza, sequías, inundaciones o el lanzamiento de un disco de David Bustamante. Vamos hacia un mundo de un 0’01% de megarricos y el resto de pobres de solemnidad. El atontamiento es brutal, la Democracia está dando paso a una ‘Idiocracia’ que está acabando con cualquier atisbo de inteligencia. Deberíamos asaltar las calles y acabar con este sistema corrupto y enfermo pero es mejor estar en casita colgando tuits supuestamente ingeniosos y contentándonos con las migajas del pastel. Esto no se arregla ya poniendo parches. Nos venden una y otra vez la misma moto y somos tan lelos que la seguimos comprando. La suerte que tienen es que vivimos tan acojonados que somos incapaces de rebelarnos y seguimos dóciles mirando el fútbol, Operación Triunfo o la enésima temporada de Juego de Tronos. No me hagan caso. A lo mejor soy yo que me he levantado con el día tonto y la realidad es que hay luz al final del tunel y el futuro se vislumbra maravilloso a lo Mr. Wonderful elevado a la enésima potencia. Yo por si acaso me iré poniendo el chaleco salvavidas y buscando un bote salvavidas. Les dejo mientras la banda sigue tocando.