El pasado 29 de abril, el pleno del Consell Insular d´Eivissa, nos regaló un auténtico elogio a la sinvergonzonería, en la forma de la moción presentada por Unidas Podemos, para solicitar que lo recaudado en Ibiza por la ecotasa, se quede y se gestione en la isla. Como es habitual, al teatrillo se sumaron gustosos PP y PSOE, dejando una sensación final muy clara, no es sólo que se crean muy listos…¡es que nos toman por rematadamente tontos! Y digo esto porque habría que recordarle al «trío de la bencina», que han sido ellos y sólo ellos, con sus acciones y omisiones en el Parlament balear, a la hora de las negociaciones para la creación y puesta en marcha de este impuesto, los que han propiciado que más que una ecotasa, lo que tengamos sea una autentica ‘ecofarsa’.
Y cuál es la consecuencia para Ibiza de la ineptitud de nuestros ¿gestores? Hagamos una evaluación de daños:

Lo que se recauda en Ibiza se envía íntegro a Mallorca, para que desde allí decidan cuánto nos dan, y en base a criterios ignotos para el común de los mortales, en qué proyectos se invierte (aquí es bueno recordar que Mallorca es nuestra más directa competidora en el negocio turístico).

El diferencial es negativo (por mucho que el PSOE esgrima argumentos peregrinos para desmentirlo, bastan unas simples operaciones matemáticas para confirmarlo) entre lo que aporta y recibe nuestra isla.
Se ha duplicado el importe de un año para otro, sin más explicación que el «porque sí», dando una imagen depredadora de nuestra industria turística… y lo hacen los mismos que luego exigen a Aena que reduzca las tasas aeroportuarias.

Los residentes en las islas no estamos exentos del pago, lo que propicia que todas las pernoctaciones (hasta las que hagamos en nuestra propia isla) lleven aparejado el pago de la tasa.
La actual aplicación del impuesto penaliza al 100% a la oferta legal, ya que son los hoteleros y similares (hostales, pensiones, cámpines, etc…) los que han de «comerse el marrón» de hacer de cobradores/recaudadores, mientras tanto la oferta ilegal se parte de la risa y pica palmas.
No hay una publicitación efectiva a nuestros visitantes, de para qué sirve y en qué se aplica lo recaudado.

Viviendas de protección oficial, escuelas de hostelería, reformas de paseos marítimos y similares, son infraestructuras y obras imprescindibles para nuestra isla… pero los fondos para su ejecución nunca pueden salir de un impuesto que ha de ser destinado en su totalidad a causas medioambientales, pues esa y no otra es su razón de ser.

Y podría seguir y seguir aportando argumentos que demuestran la chapuza de impuesto que han pergeñado, pero creo más positivo apuntar cuestiones básicas que desde el Movimiento Ciudadano Epic, tenemos muy claras sobre este tema y que se resumen en: lo recaudado en nuestra isla se queda aquí en su totalidad y que seamos los ibicencos los que decidamos los proyectos a los que se destina.

Otra cuestión accesoria es, que se debe negociar con el Estado, que el pago se realice en puertos y aeropuertos, ya que son las dos puertas de entrada a nuestra isla, y es por donde vienen nuestros visitantes a la oferta turística, sea legal o no (y hasta que se consiga, se debería valorar la oferta de la Cámara de Comercio, para encargarse ellos del cobro). Los residentes debemos estar exentos del pago (y se puede hacer, valga como ejemplo el

«Contributo Di Soggiorno» que aplican en Roma). Lo recaudado ha de dedicarse a la preservación y mejora de nuestro medioambiente; mantenimiento, vigilancia y limpieza de nuestras aguas, playas, costa, posidonia, y sobre todo al gran olvidado y castigado: nuestro medio rural.

Medidas para potenciar el sector agrícola y ganadero, compensar a los propietarios por el ‘acto de fe’ (hasta ahora, sin reconocimiento y siempre denostado) que representa el mantener los campos, bosques y montañas en perfecto estado de revista, contribuyendo a que podamos disfrutar todos de esos ‘decorados naturales’, que son el perfecto complemento paisajístico a nuestra oferta de sol y playa y han de ser un objetivo prioritario.

Y por encima de todo, el comunicar de una manera efectiva a todos nuestros visitantes, que ese «poquito de más» que les cobramos, tiene como objetivo el bien común, haciéndoles sentir lo que son, una parte muy importante de nuestra sociedad y que su comportamiento e implicación en uno u otro sentido importa y mucho, en un eco-sistema tan frágil y limitado en recursos como el nuestro.

Estas serán algunas de las cuestiones básicas que defenderemos en el Parlament, en cuanto nuestra opción política obtenga representación en el mismo. La renegociación del Impuesto de Turismo Sostenible en los términos descritos será una de nuestras prioridades porque tengan ustedes muy claro que las soluciones para nuestra isla no vendrán de opciones como PSOE, PP, Podemos, etc, si no de la nuestra, la única 100% insular y libre de ataduras y sumisiones a Madrid, Barcelona o Mallorca.