La muerte en extrañas circunstancias del dj y productor musical Erick Morillo, de 49 años, en su casa de Miami ha sido noticia Europa y EE.UU. La prensa de la Florida especula sobre las causas de un escabroso suceso que ha conmocionado al planeta clubber, como ya ocurrió con el prometedor Avicii hace dos años. Morillo llevaba más de 25 años en el top de los dj’s con su sugerente house subliminal.

Había ganado todos los premios existentes y triunfaba cada temporada en las principales discotecas de Ibiza y en los festivales más aclamados del mundo. Mañana iba a comparecer de nuevo ante el juez tras ser acusado de agresión sexual por una joven a la que conoció en una fiesta a principios de agosto.

Las incógnitas que rodean a este fatídico desenlace difícilmente podrán ser esclarecidas ahora. Lo que sí se sabe es que la pérdida de este gran dj ha vuelto a poner a Ibiza en la actualidad internacional por su estrecha vinculación con el ocio de la isla. A este verano para olvidar solo le faltaba un final tan triste. Music off. Afortunadamente, Ibiza seguirá atrayendo en el futuro el foco de los medios internacionales y las revistas especializadas por sus espectáculos y sus artistas de la vanguardia sonora. Nadie lo pone en duda. Lo que ocurre es que las noticias ‘malas’ son más noticia.

A ver si algún día no lejano también en esta tierra se celebran los éxitos de la EDM, que justamente es lo que atrae a millones de jóvenes y no tan jóvenes cada verano a Ibiza, gracias a los cuales seguiremos trabajando, comiendo y avanzando en la cultura de clubs. Porque la palabra dj significa Ibiza, de la misma forma que Ibiza se asocia en todo el mundo con la fiesta, las discotecas, la alegría y las ganas de vivir, mal que le pese a alguno. Así lo entienden en cualquier país -“Dj’s means Ibiza”- pero igual están equivocados. Como decía aquél, “¿para cuándo la estatua a los clubbers?”.