Una de las noticias que esta semana han ocupado un cierto espacio en los distintos medios de comunicación, ha sido la celebración el pasado día uno de marzo, del día de nuestra Comunidad Autónoma. La verdad es que resulta complicado tratar de fomentar un sentimiento que muy poquitos ciudadanos de nuestras islas sienten realmente en su fuero interno.

Sin duda lo que más se celebra por parte de la mayoría es lo que supone un día festivo, sobre todo si como ocurre este año, cae en lunes y te permite disfrutar de un fin de semana más largo y, todo ello a pesar del empeño del Govern Balear en tratar de que cada año que pasa, vaya cogiendo más peso lo del sentimiento balear.

Pretender que dicho sentimiento acabe arraigando entre nosotros, parece ser una misión un tanto complicada. Tradicionalmente lo que ha prevalecido es la desconfianza de cada isla respecto de las demás y eso si que lleva años existiendo. Lo cierto es que los ibicencos y formenterenses siempre hemos mirado a Mallorca con cierto recelo. No creo equivocarme si digo que desde nuestras Islas Pitiusas, nunca nos hemos sentido tratados de igual a igual por Mallorca y son muchos años ya con esta misma sensación. Prevalece entre nosotros la idea de que desde la isla mayor siempre se quedan a la hora de repartir, con la mayor parte del pastel; dejando para las que denominan islas menores lo que a ellos no les interesa.

Es una realidad que en ninguna de las islas de nuestra comunidad existe una mayoría de ciudadanos que se sienta balear. Resulta fácil comprobarlo, ya que si lo pensamos bien, siempre que se nos pregunta que de donde somos, nunca se nos ha ocurrido decir que de Baleares; cada uno contesta que es de su isla, unos de Formentera, otros de Ibiza, de Menorca o de Mallorca.

También da que pensar que cada isla celebre su propio día como recuerdo de un hecho histórico y que para celebrar algo todas las islas juntas, lo más atrás que nos hayamos ido sea a 1983 y que el hecho mas destacable que celebrar sea la aprobación el 1 de marzo de ese año de nuestro estatuto de autonomía.

Algunos han querido pensar que este tradicional aislamiento de cada uno en su propia isla, viene dado por el hecho de tener el mar Mediterráneo separándonos, lo cual ha dificultado nuestra movilidad y la interconexión. Pero en realidad algo más tiene que haber ya que si vemos lo que ocurre en el otro archipiélago, Canarias; nos daremos cuenta que allí no ocurre lo mismo. Allí todos dicen ser canarios y se sienten como tales. Por tener, tienen hasta un partido político autóctono y que representa a todas las islas en Madrid. En cambio en Baleares, tenemos Més x Mallorca, Més x Menorca, Gent x Formentera, etc., cada uno haciendo política por su isla; no existe un partido propio que defienda los intereses de todas ellas por igual.

Lo que es seguro es que no se puede pretender que por un día de celebración al año, vayamos a olvidar de golpe todos los agravios que desde el ejecutivo autonómico con sede en Palma, se han venido y se siguen provocando. Cabe esperar que desde el Govern, se tenga una mayor sensibilidad hacia los problemas y circunstancias especificas de cada una de las islas; que se practique una real descentralización interna. No vale que se reclame de Madrid una mayor capacidad de gestión propia como comunidad autónoma y luego eso mismo no se practique desde Mallorca con el resto de las islas.

Por poner dos ejemplos de los numerosos agravios que sufrimos, podemos hablar de la penosa situación del nuestro transporte público por carretera y del trato vejatorio que se recibe por parte de Palma; más de 70 millones invierte el Govern en Mallorca, mientras que en Ibiza y Formentera poco más de dos. También podríamos hablar de la petición del traspaso de las competencias en la gestión de agua, de los millones que por este canon recauda en Ibiza el Govern y de la insuficiente inversión que hace en esta materia en nuestra isla. Hay muchos agravios más, créanme.

El sentimiento balear no se puede propugnar un solo día al año, hay que trabajarlo día a día. Tenemos que ver que realmente se preocupan desde Palma por nuestros problemas enquistados. Hacen falta menos celebraciones y más justicia a la hora de atender a cada isla.