En estos últimos meses hemos visto, con perplejidad, cómo algunos medios de comunicación se hicieron eco de una noticia en la que se aprobaba una proposición no de Ley que instaba a reducir las salidas simultáneas de barcos entre Ibiza y Formentera.

No tardó algún articulista de opinión de algún medio muy afín al Consell a elogiar la figura de la Diputada por Formentera, incluso de calificar que «Formentera va por delante». Tampoco tardó el Consell de Formentera, a través del Conseller de Movilidad Rafael González, de calificar esta decisión como «muy positiva», añadiendo que «Formentera es una isla que está apostando por lograr una sostenibilidad a nivel medioambiental, económico y social». Es allí donde mi perplejidad ya pasa a incredulidad ante todas estas manifestaciones y elogios.

Por otro lado, en el Pleno del Consell de Formentera también se han aprobado propuestas en este sentido ante la entrada de nuevas navieras en la línea Formentera-Ibiza, por la reducción de trayectos, por la reducción de operaciones simultáneas (que ya están reguladas), etc.

Lo bueno de las tecnologías, de internet, es que la hemeroteca está al alcance de todos y que por lo tanto es muy fácil comprobar el trabajo que han hecho unos y otros.

En primer lugar, dar las gracias al que fue diputado por la Agrupación Independiente Popular de Formentera (AIPF), Pep Mayans, por ser el artífice que consiguió por primera vez que los trayectos de primera y última hora fueran una realidad, consiguiendo que muchos vecinos pudieran ir a trabajar o a estudiar a la vecina Ibiza y poder regresar a pernoctar a Formentera; que se pudieran enlazar con los aviones de primera hora para ir al médico, a una feria o, simplemente, aprovechar el día si había que hacer algún trámite en otra isla o en la península y poder regresar a la isla a última hora, y todo esto sin un decreto de Transporte Marítimo, utilizando diálogo y voluntad.

En segundo lugar, es de una desvergüenza desmesurada de GxF-PSOE, y más concretamente de la diputada Silvia Tur y del gobierno del Consell de Formentera, que salgan a vanagloriarse de luchar por conseguir que no se solapen las salidas de los barcos entre Formentera e Ibiza. De hecho, cuando GxF-PSOE entró a «gobernar» la máxima institución de la Isla, estas salidas se venían realizando durante el día de forma escalonada, sin solapar las frecuencias entre las diferentes navieras. Ya había un control no escrito en que las navieras ubicaban sus salidas en los horarios o huecos en donde no hubiera ningún otro viaje.

Este sistema ayudaba a los vecinos de Formentera porque tenían un abanico de frecuencias mucho más amplio, las navieras tenían menos gastos ya que las embarcaciones venían más llenas (no como ahora que vienen hasta 4 barcas a la misma hora y casi todas vacías) y finalmente y más importante, nuestro medio ambiente lo agradecía porque la cantidad de viajes era muchísimo menor y por lo tanto menor era la contaminación, la agitación de las aguas, los oleajes sobre la costa y las afecciones sobre la posidonia que ahora tanto reivindica la Diputada Silvia Tur o GxF-PSOE. Por lo tanto, ya había una sostenibilidad medioambiental, económica y social en el transporte marítimo antes de GxF-PSOE.

Entonces, si ya había un orden, ¿Qué ocurrió para que esto cambiara? ¿Quiénes fueron los culpables de que esto pasara? ¿Quiénes fueron los que se sumaron a la denuncia ante la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) a las navieras? La respuesta es sencilla y concreta: GxF-PSOE. Eran los que gobernaban en el Consell de Formentera, gobierno del que formaba parte la tan «vitoreada» Diputada Silvia Tur por proponer últimamente en el Parlament que se arreglara lo que destrozó como Consellera del Consell de Formentera, con la denuncia de GxF-PSOE ante la CNMC a las navieras por hacer aquello que desde las instituciones, desde las patronales, desde la sociedad de Formentera les pedían a gritos: más frecuencias con los horarios más escalonados.

Para compensar lo que esa denuncia iba a provocar, GxF prometió un reglamento que iba a desarrollar la ley de transporte marítimo de 2010 y acabaría con todos los males. Pues bien, pasados 11 años desde la aprobación de esa ley no tenemos nada más que dinero tirado a la basura, gastado en proyectos de reglamento que han acabado en el baúl de los recuerdos por carecer del más mínimo rigor técnico y legal.

Es por eso que además de pedir esta regulación, que se regrese al consenso que había antes de GxF-PSOE, lo que tendrían que hacer es pedir disculpas al pueblo de Formentera, a su medio ambiente y a su economía. ¿Se acuerdan cuando el equipo de GxF-PSOE presionaba (acercándose al chantaje) a las navieras con el anuncio de crear una naviera pública si no hacían lo que el Consell de Formentera quería?. Aquí tenemos el desenlace: de aquellos polvos, vienen estos lodos.

Pero ese era y es el «modus operandi» de GxF: crear un problema donde no lo hay para luego erigirse en salvadores del pueblo intentando corregir aquellos problemas que ellos mismos crearon.