A menos de un año de las elecciones municipales y autonómicas, la rumorología empieza a tomar fuerza a la hora de quitar y poner candidatos a los diferentes ayuntamientos de la isla. Y el que parece que está ya mordiéndose las uñas previendo una auténtica debacle de su partido, al estilo de Juan Espadas en Andalucía, es Josep Marí Ribas Agustinet.

Y es que, desde que asumió la Secretaría General de su partido en las Pitiusas, muchos aciertos no ha tenido. Bueno, ni aciertos ni fallos, porque gran cosa no ha hecho aparte de ser uno de los más fervorosos palmeros de las políticas de Pedro Sánchez en España y de Francina Armengol en las Baleares, aunque estas políticas fueran perniciosas para los ciudadanos de Ibiza y Formentera. Lo único que se le puede reconocer es que ha sabido rodearse de algunas personas de valía, especialmente en su municipio.

Hay que tener presente que Agustinet puso pies en polvorosa en San José después de haber liado la que lió con los apartamentos Don Pepe. Viendo que el escándalo y el clamor social le pasaría factura en su carrera hacia la Presidencia del Consell, optó por buscar un acomodo en el Govern balear donde poder hacer muchos anuncios sin que se vean resultados, dado el largo plazo de la mayoría de las decisiones adoptadas. En su lugar todo el marrón de los Don Pepe fue a parar a Ángel Luis Guerrero, que ha visto cómo en poco tiempo su desgaste político ha sido mayúsculo y que, si hay que hacer caso a la rumorología, se podría ver privado de revalidar su cargo, esta vez con el aval de las urnas, por una decisión cainita de quien le puso ahí.

También deberá pensar Marí Ribas qué hacer con el actual alcalde de Vila, Rafa Ruiz. Si bien su gestión en estos cuatro últimos años ha sido nefasta, también lo fue en la etapa anterior y consiguió revalidar el cargo.    Y tirando de conjeturas... ¿Qué pasaría con estos políticos si se vieran en la oposición? ¿Abandonarían el barco?