Ibiza y Formentera lideran la creación de empleo en Baleares y en todo el Estado, y también la transformación del mercado de trabajo en términos de calidad. Lo afirma el Govern y es la realidad económica en la que estamos inmersos. El paro se sitúa en niveles extraordinariamente bajos, alrededor del 5%, lo que significa que hay pleno empleo. Casi 90.000 personas en Ibiza están afiliadas a la Seguridad Social, una cifra que nos devuelve al escenario prepandemia.

Crecemos en actividad económica, generación de empleo y contratos menos precarios que hace dos años. Tenemos récord de pasajeros en el aeropuerto de Ibiza, una muy elevada ocupación hotelera y de alquiler turístico, y una más que aceptable tasa de gasto turístico. Todos estos datos consolidan nuestra economía y permiten a miles de empresas recuperarse, aunque sea parcialmente, del trompazo sufrido en 2020 y 2021 por mor de la Covid-19. Los trabajadores asalariados afrontarán el invierno habiendo trabajado y, por tanto, habiendo cotizado.

Todo lo anterior es la cara positiva de la moneda. La cara negativa es el exceso de gente que padecen las islas. Y con ello, los problemas derivados de la ‘invasión’: los servicios públicos se ven desbordados, se multiplican los incidentes causados por gente fuera de control por el abuso del alcohol y las drogas, hay que hacer colas para cualquier cosa y aparcar se convierte en misión imposible.

Promoción turística

En las Pitiusas, afortunadamente, no se ha reproducido el debate generado por Més per Mallorca y Podemos para hacerle la puñeta a sus socios socialistas en el Govern. Es la ventaja de que aquí no exista Més, pues su marca ibicenca desapareció de las instituciones tras gobernar cuatro años en el Consell d’Eivissa coaligados con Podemos.

Los ecosoberanistas mallorquines pretenden que se prohíba la promoción turística o, al menos, congelarla o detenerla, aunque cuando ostentaron la Conselleria de Turisme, en mala hora, no opinaban lo mismo y malgastaban el dinero de todos como se les antojaba y a menudo, regando con dinero público a su jefe de campaña electoral, sin concurso ni nada.

Como la promoción turística es competencia de los consells insulars, no parece que dicha propuesta lanzada desde Mallorca pueda tener el menor apoyo por parte de los partidos de las Pitiusas, a no ser que Unidas Podemos respalde tan peregrina y demagógica medida, profundamente turismofóbica.

Nubarrones

Las perspectivas de futuro no son positivas debido a la crisis energética y a la inflación. Se avecina un invierno muy difícil en toda Europa, lo que se traducirá en menos visitantes en la próxima temporada turística, con menos capacidad de gasto.

Sin embargo, Ibiza y Formentera son marcas y destinos turísticos consolidados, sólidos, valorados y esas ventajas no van a desaparecer. Son fortalezas que nos permiten afrontar el futuro con confianza, tras una campaña turística de récord.