Imagen de archivo de votaciones en Ibiza. | Toni Planells

El PSOE en Ibiza tiene una contrastada habilidad para presentar a las elecciones al Consell d’Eivissa candidatos defectuosos y que encajan poco y mal con el discurso que se espera de un partido de izquierdas. De ahí que su única esperanza sea que el PP no alcance la mayoría absoluta para desbancarlo del poder uniendo sus votos a quien haga falta, literalmente, por muy distante que sea de su ideario político.

Ya lo comprobamos en la legislatura 2015-2019, cuando el entonces secretario general de la FSE-PSOE, Vicent Torres, alcanzó la presidencia del Consell porque el PP, a pesar de ganar las elecciones, no alcanzó la mayoría absoluta de consellers y fue desbancado por la suma de PSOE, Podemos y Guanyem.

En 2019, los socialistas volvieron a probar suerte con Vicent Torres, pese a que, por problemas de salud, el toro cojeaba y no era apto para la lidia, por usar terminología taurina fácilmente comprensible. Pero a muchos electores, aquella cojera les pasó desapercibida y Torres logró 949 votos más que en 2015, pasando del 25,83 % de porcentaje de voto, hasta un dignísimo 31,81 %. Sin embargo, no fue suficiente para revalidar su mandato en el Consell por mor del desplome de Podemos (que con Viviana de Sans como candidata, perdió 1.267 votos con respecto a 2015) y también de Guanyem (con su nueva marca Ara Eivissa).

Aunque el PP seguía sin tener la mayoría absoluta en el Consell, tenía la opción de pactar con el único conseller de Ciudadanos, Javi Torres, quien siempre se mostró más proclive a pactar con el centro derecha, antes que permitir cuatro años más de gobierno de izquierdas donde, además, Podemos sería imprescindible. Torres tuvo claro desde el primer momento que Ciudadanos y Podemos eran como el agua y el aceite: incompatibles e imposibles de ligar. De ahí que no pactaron con los socialistas ni en el Consell d’Eivissa ni tampoco en Sant Antoni, donde también eran decisivos para conformar una mayoría de gobierno estable.

ELECCIONES EN 2023

El 28 de mayo de 2023 habrá elecciones al Parlament, Consell d’Eivissa y ayuntamientos. Y el PSOE ibicenco vuelve a presentar un candidato poco acorde con su imagen de formación política progresista y moderna.

Josep Marí Ribas, de 63 años (digamos que un abuelo, de edad muy superior a la media de los candidatos que presenta el PSOE en Balears), hombre cisgénero heterosexual blanco, de clase media alta (con propiedades y más de 91.000 euros de ingresos anuales totales en 2021), con propiedades, locales comerciales que alquila y con notables inversiones en distintos productos bancarios y planes de pensiones. Vamos, que se diría que sus preocupaciones distan mucho de las de la generalidad de residentes en Ibiza.

Se contrapone a lo anterior su experiencia en gestión económica (por ser empleado de banca) y su importante experiencia política. En efecto, lleva muchos años en esto de la cosa pública y ahora, además, es conseller de Movilidad y Vivienda del Govern de les Illes Balears, lo cual le permite tener una proyección mediática que no tenía siendo alcalde de Sant Josep, obviamente.

Pero cuando los socialistas intentan hacer que pase por el político que solucionará el problema del transporte público en Ibiza, omiten que no ha logrado hacerlo en Mallorca, donde es competente en la materia desde que forma parte del Consell de Govern, en febrero de 2021. Las quejas al respecto del transporte ferroviario son permanentes e irritan sobremanera a los usuarios habituales, incluso en temporada baja. La temporada alta ha sido, en Mallorca y en este asunto, un infierno, como en todas partes, debido a la altísima afluencia de visitantes.

De modo que, a priori, el liderazgo de Agustinet’y su candidatura al Consell d’Eivissa, aporta muy poco al PSOE insular, que, desde luego, renuncia de partida a formar gobierno en solitario, algo a lo que sí aspira Vicent Marí y el PP. Los socialistas sólo podrán gobernar si vuelven a pactar con Podemos y los ecosoberanistas ibicencos.

INCÓGNITAS

A estas alturas, nadie sabe qué sucederá con Ciudadanos ni quién será su candidato, si es que se presentan a las elecciones, cosa que es un interrogante ahora mismo. Aunque es muy posible que mucho de su electorado, vote al PP.

Y tampoco sabemos qué sucederá con Vox, que en 2019 no logró más que 638 votos (un 4,24 %) y que es dudoso que su apoyo electoral se dispare, teniendo en cuenta que los votantes conservadores saben que dispersar el voto de la derecha, da posibilidades reales a la izquierda de alcanzar el poder en Ibiza. Pronto sabremos si Agustinet logra más votos que Vicent Torres, al que seguramente reservarán el primer puesto en la papeleta del PSOE al Parlament, para que se jubile tranquilamente, acompañado de Benet. Pero ambos candidatos tienen un perfil muy parecido, igualmente alejado de las mujeres, de las clases trabajadoras y de los jóvenes que el año próximo votarán por primera vez.