Taxis en la parada del puerto de Ibiza en una imagen de archivo.

Me ha sorprendido leer la propuesta de la asociación ARCA para solucionar el problema de la falta de conductores de taxi en la temporada de verano, tanto que incluso he escuchado algunos comentarios jocosos después de leer la noticia.

No está en mi ánimo la burla, ni la descalificación, porque creo que, a su manera, han puesto sobre la mesa un problema que se viene arrastrando. Y que se ha incrementado este verano, al recuperar la actividad turística después de dos años de COVID-19. Por lo que han conseguido que hablemos del tema.

Creo que las administraciones implicadas (Consell y ayuntamientos) y las asociaciones del sector (propietarios y asalariados) deben sentarse y tomar en serio este problema, con el fin de evitar otro verano como el que acabamos de pasar.

A principios de legislatura todos los implicados parecían esforzarse mucho por mejorar la calidad del servicio del taxi (uniformes para los empleados, mejora del GPS…) pero, con la llegada de la pandemia, se enfrió, y esta temporada parece haber pillado a todo el mundo con el ‘pie cambiado’. Sin previsión, ni preparación. Algo que no puedo entender.

El sector del taxi, especialmente el estacional, da servicio a unos turistas que sabemos que van a venir. Porque nos esforzamos mucho en traerlos. El aeropuerto ofrece información sobre vuelos, los empresarios turísticos manejan datos, la oferta del ocio avisa con meses de antelación de sus aperturas y cierres… Y, aún así, con todos estos antecedentes y sabiendo el número de licencias estacionales que iban a operar este verano: ¡Nos ha vuelto a pillar el toro!

Si de verdad queremos ofrecer un servicio de calidad, hay que esforzarse un poco más, y no hay que inventar nada, está todo regulado. Las ordenanzas municipales marcan las pautas para conseguirlo.

Los calendarios de los taxis estacionales deben coordinarse con la apertura y el cierre del ocio, que, aunque a algunos no les guste, marcan el inicio y fin de la temporada.

Debemos estudiar los datos que nos ofrecen puertos y aeropuerto (la puerta de entrada y salida de todas las personas que nos visitan). El personal ha de estar preparado con tiempo, y es que tenemos todo el invierno para hacer exámenes. Y, como inciso no menos relevante, estaría bien que se actualizasen un poco los requisitos en función de las necesidades actuales. No creo descabellado pensar en flexibilizar las cláusulas exigidas, y así evitaremos tener una parte de la plantilla sin el mínimo exigible, que es lo que hemos tenido este verano.

Son ideas, pensamientos, que pueden ser estos o otros, pero algo hay que hacer. Coordinar, y preparar con tiempo, evitará obligarnos a incumplir todo aquello que está regulado y vigente.