Cada cuatro años se suele decir esa típica frase de «estas son las elecciones más importantes» sin que los ciudadanos se lo terminen de creer. Esta vez, al menos en Sant Joan, estos comicios sí que revisten especial interés ante la pluralidad de formaciones políticas que han salido a última hora para rivalizar con el PP de Sant Joan.
A una semana de las elecciones, las cartas están boca arriba y ha quedado claro quien es cada uno, a qué intereses responde y cuál es su política de pactos. PODEMOS y PSOE (la izquierda) ya han anunciado públicamente que su deseo es un gobierno como el de Pedro Sánchez en el que todo tiene cabida. Su ambición está clara: pactar con Sa Veu des Poble y con Santi Marí con el único objetivo de tumbar al PP. Por su parte, Javier Torres ya ha recogido el guante y ha adelantado que no tiene líneas rojas y que se va a sentar con quién haga falta.
Pero hablemos de la alternativa a esta amalgama imposible de partidos e intereses. Conozco a Tania Marí desde que era una niña y puedo decir que es una persona noble, sosegada, valiente y una madre responsable que ha antepuesto siempre a los demás, en detrimento de ella misma. Ha sabido conformar un equipo completamente renovado que combina ilusión, formación y experiencia. Creo que los ciudadanos de Sant Joan tienen en la propuesta del PP un proyecto sincero, creíble, honesto y pragmático. Votar a Tania Marí es votar por la modernización del municipio, pero también es votar a Vicent Marí y a Marga Prohens. No hay que olvidar que los candidatos representan unas siglas y, con ellas, unos valores. El PP de Eivissa ha sido siempre el garante del campo, el defensor de los payeses, el partido del pequeño empresario y el partido que apuesta por un modelo económico de crecimiento y moderación.
El 28 de mayo tenemos la oportunidad de alinear los gobiernos de Sant Joan, Consell y Govern Balear. Ello significaría gozar de una sintonía política que podría ser muy útil para desbloquear proyectos que dependen de otras administraciones como el vial J de Sant Miquel, la depuradora de Portinatx o la futura escoleta de Sant Llorenç. Por esta razón es importante unificar el voto y no dispersarlo en formaciones personalistas o localistas sin representación y sin aliados en Vila o en Palma.
Tras la legislatura más complicada que he vivido nunca como alcalde, es cierto que no hemos podido ejecutar todos los proyectos que hubiéramos deseado y asumo humildemente la responsabilidad de ello. Pero para ser justos hay que reconocer que hemos conseguido algunos logros importantes como dejar las concesiones en manos de los ibicencos y no de especuladores, la remodelación del casco histórico de Sant Llorenç o el asfaltado y mejora de varias vías interurbanas. Nos queda mucho por hacer y estoy convencido que Tania Marí tiene las ganas y el espíritu necesario para sacar adelante lo que queda pendiente y aportar nuevas ideas con un programa electoral fresco, concreto y muy positivo.
Pero hablemos de política. Es importante analizar las diferentes opciones que tienen los joanins y lo que representa cada una de ellas. La opción del PP es clara: renovación, proyecto, equipo, rigor y preparación. Por otra parte, tenemos a un partido coaligado con otro al borde de la desaparición, que presenta una lista que sólo representa a una de las cuatro parroquias que conforman el municipio. Su candidato ha tenido que empadronarse aquí a escasos meses de las elecciones y pretende vender que, sin haber vivido prácticamente nunca en Sant Joan, ahora solucionará todos nuestros problemas. Sus verdaderos padres políticos son exconcejales de ideologías irreconciliables que durante décadas estuvieron sentados en el pleno del Ayuntamiento, dejando una herencia más bien inexistente. Estos mismos ahora nos plantean soluciones mágicas y fábulas que no supieron ejecutar y que están muy bien para la ciencia ficción, pero no para la política municipal.
Respecto del candidato que han encontrado, aparecer a última hora para hacer campaña en un municipio que no le ha interesado lo más mínimo mientras ha sido conseller adolece de una grave falta de credibilidad. Tras él se esconden intereses particulares que nada tienen que ver con el interés general y que son conocidos por la mayoría de vecinos de este municipio.
Pero el caso más llamativo es el de un excompañero que hasta hace pocos días era segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento. Tras 12 años como concejal y después de que el PP le hiciera senador y director insular, ahora resulta que hay «parálisis». Ha tenido nada menos que 12 años para combatir esa supuesta parálisis, pero lo cierto es que se ha entretenido más haciéndose fotos que combatiendo la «parálisis» que ahora denuncia. No es creíble.
Pero partamos del principio. Santi Marí forzó una votación por su insistencia en ser candidato, olvidando que tal decisión ni le correspondía a él, ni al alcalde saliente, ni siquiera al presidente del partido. El PP de Sant Joan votó democráticamente y se decantó de una forma muy mayoritaria por otra candidata. Ser demócrata también pasa por aceptar cuando uno pierde y respetar el resultado. A una semana de las elecciones no tiene ni programa electoral, con ello se demuestra que el suyo es sólo un proyecto personal que no tiene nada que ver con el municipio sino con unos intereses muy concretos.
Dimitir a un mes de las elecciones y montar una agrupación de electores con familiares y miembros del grupo empresarial que le asesora es una imprudencia infantil y una pataleta impropia de alguien que tenía mi admiración y mi respeto. Aunque venda que el partido le ha echado, quien se ha ido ha sido él. El PP le ofreció ser conseller, diputado e incluso ir en la lista del Ayuntamiento, pero lo rechazó todo porque quería ser candidato o concejal de deportes sí o sí. ¿La razón? Juzguen ustedes mismos. Le deseo lo mejor en lo personal porque creo que es una buena persona, víctima de malas influencias que le han llevado a tomar decisiones erróneas en los últimos meses y a quedarse completamente solo.
En definitiva, unas elecciones no pueden ser un instrumento para satisfacer el ego de nadie, sino para medir propuestas y equipos, y con ello mejorar la vida de los vecinos.
Tan sólo existen dos opciones: un (des)gobierno con 4 partidos sin nada en común o un gobierno estable liderado por Tania Marí centrado en la gestión y no en el barropolítico.
Los vecinos de Sant Joan me han depositado su confianza absoluta durante seis legislaturas. Ahora les pido un último favor y es que den una oportunidad a Tania Marí y a su equipo de tener un gobierno sólido y eficiente que trabaje por el interés general y que desarrolle las treinta medidas que han plasmado en un programa electoral muy atractivo que cambiará la realidad de nuestro municipio. No es hora de inventos ni de experimentos, sino de caminar juntos para que nuestro municipio avance.