Clara Torres regenta desde 2019 la floristería que lleva su nombre.

Aunque es solo Clara Torres la quien oficialmente está detrás del mostrador de la floristería que lleva su nombre en una de las entradas del Mercat Nou de la ciudad de Vila, lo cierto es que durante muchos días regala sonrisas, alegrías y buen olor junto a su madre María Riera Noguera y su hija, la pequeña Claudia, de apenas cinco meses de edad.

Las tres generaciones juntas en su puesto del Mercat Nou de Vila.

Es la consecuencia de trabajar en un puesto donde se ofrecen todo tipo de plantas y flores llegadas desde Holanda, Valencia o Barcelona fundamentalmente y, sobre todo, ser una persona muy conocida por buena parte de la isla. «Yo soy ibicenca, empecé en el negocio familiar cuando estudiaba en el Instituto Santa María de Ibiza, y después trabajé durante 17 años en una conocida floristería de Vila, junto al Paseo Vara de Rey, hasta que un día me atreví a dar el salto en solitario animada por mi madre».

Precisamente, según explica la propia Torres a Periódico de Ibiza y Formentera, fue María quien le habló de cuatro puestos que estaban vacíos en el Mercat Nou y que tal vez podrían ser una buena oportunidad. «Estuve mirando por muchos lugares, sobre todo locales al exterior, pero finalmente me vine aquí después de que mi madre me hablara muy bien de la vida en el mercado ya que ella regentó durante mucho tiempo un puesto en el Mercat Vell de comestibles y me convenciera para abrir aquí en mayo de 2019, diciéndome que me iba a ir muy bien, y lo cierto es que llevaba razón porque a pesar de haber pasado una pandemia tan grave como la del coronavirus no podemos estar más contentos».
No en vano, a sus 37 años esta florista prácticamente no descansa ni un segundo durante todo el día. «Está claro que es algo que te tiene que gustar y a mí, personalmente, me encanta el contacto con la gente y hacerles felices, con algo tan sencillo como un ramo o un centro de flores o una planta y por ello soy muy exigente con lo que tengo en el puesto, insistiendo constantemente a mis proveedores en que lo que me sirvan sean de la mejor calidad porque si algo tengo claro y he aprendido con los años es para ser la mejor florista tengo que ofrecer el mejor género».

Público fiel

En este sentido, Clara Torres, confirmó que tiene un público muy fiel y muy amplio, sobre todo durante Navidad donde no para de vender flores de pascua o ponsettias. Además, durante los meses de la temporada estival son muchas las villas y yates que acuden a ella confiando en su buen gusto y profesionalidad para sus decoraciones, sin descartar en ningún momento eventos clásicos como bodas, comuniones o bautizos.

Sin embargo, lo que más feliz hace a esta joven es trabajar con el cliente de proximidad en el día a día. «No hay nada más bonito que conocer a la gente que acude al merado, los del barrio y los de fuera, saber sus gustos y conocer ya lo que quieren cuando vienen hasta aquí y, sobre todo, coleccionar sus sonrisas cuando se llevan rosas, claveles o cualquier otro tipo de flores».