Fernando Vivancos y Lola Lorca este jueves en Ibiza. | Arguiñe Escandón

La tradición más ibicenca en Carnaval es la de enmariol·larse, es decir, coger cuatro trapos de los que todos tenemos por casa y, con ellos, crear un disfraz con el que dar la bienvenida en el Dijous Llarder a estos días de alegría previos a la Cuaresma. Y así ha sucedido este jueves en la plaza de Antoni Albert i Nieto, donde cientos de personas se dieron cita para disfrutar de las canciones de Paula Ramos y degustar la tortilla gigante preparada por El Tirol para esta ocasión.

El matrimonio formado por Fernando Vivancos y Lola Lorca, procedentes de Totana, fueron los responsables de preparar una inmensa tortilla para la que emplearon nada menos que 150 kilos de patatas, 30 kilos de cebolla, cinco litros de aceite de oliva virgen extra y 20 kilos de huevina, que «son algo así como 400 huevos». Vivancos lleva años viniendo a Ibiza en Carnaval para preparar esta tortilla y es también el responsable de la gran paella que se podrá degustar el domingo en este mismo escenario.

Los protagonistas de la tarde fueron los más pequeños. Así, muchos de ellos llegaron a la plaza enmariol·lados y dispuestos a disfrutar. Es el caso de las amigas Luna, Elsa y Mara, que a sus ocho años confesaron disfrutar a lo grande de esta fiesta pero, sobre todo, de los disfraces. Las tres tienen ya preparados los trajes para la rua del próximo domingo.

Para Carla y Amor, de 10 años, el día grande del Carnaval es precisamente el Dijous Llarder por lo que de improvisación significa. Carla, que busca «ser un poco mejor cada año» en su vestimenta, explicó que el nombre de su mariol·lo era el de Madame Lady Basura, mientras que Amor aún no lo había decidido. Todas ellas participaron en el concurso de disfraces organizado por el Ayuntamiento para esta primera jornada del Carnestoltes.