Un momento de la procesión de este Viernes Santo en Vila. | Irene Arango

A diferencia de otros años, cuando el mal tiempo o el Covid llegaron a alterar todos sus planes, el Viernes Santo ha sido este viernes una jornada relativamente tranquila para los cofrades que procesionaron por las históricas calles de Dalt Vila en uno de los actos más relevantes de la Semana Santa pitiusa.

A las 20:16 horas, los primeros en salir de la Catedral fueron los miembros de la cofradía Padre Jesús Cautivo y Resucitado. La emoción de los cofrades se contagió rápidamente a todos los que presenciaron el inicio del Santo Entierro. La plaza de la Catedral, bulliciosa como nunca, enmudeció nada más salir este paso que incluso fue balanceado siguiendo el compás de la banda de música.

«Hemos cambiado la composición de las figuras del paso y Pilatos se ha colocado delante para presentar al pueblo a Jesús Cautivo», destacaron sus responsables.

Según explicaron, el obispo Vicente Ribas les había pedido «una procesión austera y en silencio porque es el duelo de Nuestro Señor».

Cerca de 20 nazarenos, 29 costaleros y la agrupación musical con 40 componentes, han participado este viernes en este paso que el domingo volverá a procesionar con motivo de la Pascua de Resurrección.

Una vez el Cautivo enfiló la calle, los espectadores rompieron a aplaudir a la espera de la siguiente cofradía, la de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.

En la del Santísimo Cristo del Cementerio, la más antigua de Ibiza puesto que se creó en 1880, han pasado la mañana «arreglando» las imágenes con las que iban a procesionar. «El Santo Cristo, como cada año, luce un faldón nuevo que estrena el Viernes Santo», explicaron.

Estos cofrades han aprovechado también para celebrar este viernes una asamblea extraordinaria puesto que se avecinan elecciones a la presidencia de la cofradía. «Va a ir todo perfecto», aseguraban momentos antes de salir.

La incorporación de sus imágenes a la procesión del Santo Entierro fue uno de los momentos más emotivos y esperados por muchos asistentes. Se trata de la única cofradía que no procesiona desde la Catedral, sino que lo hace desde la iglesia de Santo Domingo.

En primer lugar, fue el Ecce Homo el que salió del templo para esperar frente a El Convent al resto de cofrades. La imagen del Santísimo Cristo fue transportada cuesta arriba por varios costaleros que la depositaron frente al viejo ayuntamiento, para incorporarse después a la comitiva.

La cofradía Nuestra Señora de los Dolores procesionó con el paso de La Dolorosa estrenado en 2022. Fieles a la tradición, lucieron sus hábitos celestes y blancos impuestos en 1946.

Mariana y Francisco, una pareja formada por una rumana y un andaluz, disfrutaron del Santo Entierro. Según reconoció ella, «me gustan las procesiones de España» y son ya muchos los años que acuden a Dalt Vila para seguir este acto religioso.

María Jesús, una de las 'manolas' participantes en la procesión, explicó también que, como buena andaluza, participar en la Semana Santa ibicenca es algo que supone «mucha fe».

También Mabel y Rafa, dos costaleros de La Esperanza, recordaban minutos antes de salir que habían estado practicando durante varios meses y reconocían la dureza del recorrido al procesionar por las angostas y resbaladizas calles de Dalt Vila.

Javier, de tan solo dos años, probablemente se ha convertido este viernes en el cofrade más joven al procesionar junto a su padre y abuelo y lo hizo por segundo año consecutivo.