Las hermanas Lali y Maria son clientas habituales en el puesto, atendido por Carmen, donde llevan décadas sirviendo legumbres cocidas: La Mejora. | Toni Planells

Hablar de platos a base de legumbre evoca de manera natural los días fríos de invierno. Sin embargo, este magnífico alimento, rico en proteínas, hidratos de carbono, lípidos, fibra, minerales y vitaminas, es del todo recomendable durante todos los meses del año en sus diferentes recetas.

Las hermanas Lali y Maria son clientas habituales en el puesto, atendido por Carmen, donde llevan décadas sirviendo legumbres cocidas: La Mejora.

Ambas hermanas metían su compra, a base de frutos secos, lentejas y garbanzos cocidos, en su carrito mientras reconocían que prefieren comprar la legumbre cocida porque «hay algunas que no son fáciles de cocinar y dejar en su punto, sobre todo los garbanzos. Aquí los cuecen perfectamente y las dejan en su punto exacto. Los martes y los jueves, toca comprar habas, que también están exquisitas». Respecto a la receta en la que tenían previsto incluir su compra en La Mejora, Lali explicaba que «estos los vamos a hacer con ensalada, que ya hace mucho calor, pero también me gustan mucho guisados». «Quedan muy buenos con cerdo», apunta María que añadía «verduras, como ‘capdell’ de col».

Jesús e Isabel, Traspas y Torijano, también son clientes habituales de este puesto «de toda la vida».
Foto: Toni P.

Para su receta de ensalada de garbanzos, la pareja de hermanas enumeraban los ingredientes con los que acompañarían los garbanzos recién adquiridos: «cebolla tierna, tomate, huevos duros, aceitunas, aguacate… todo lo que se te ocurra». «Yo también le echo atún y pimiento», añadía Nieves, que comentaba que «hoy he comprado ‘siurons’ (garbanzos) porque me quiero hacer una buena ensalada, pero otro día compro lentejas, por ejemplo. No tengo manías».

Jesús e Isabel, Traspas y Torijano, también son clientes habituales de este puesto «de toda la vida. Venimos a por garbanzos y alubia blanca. La consumimos tanto en invierno como en verano. La única diferencia es que, en verano la tomamos en ensalada con tenedor y, en invierno, la tomamos en plato con cuchara», tal como comentaba la pareja. Sobre las razones que les llevan a comprar la legumbre ya cocida, Jesús no duda a la hora de afirmar que «de esta manera ya sabes que siempre te saldrán bien. Además, es mucho más cómodo, cuando las poníamos nosotros en remojo, no siempre nos salían». Además, añadía Nieves, «para hacerlos en casa hay que tener mucho tiempo. Se tardan horas».