La Mari de Chambao, en una imagen promocional.

María del Mar Rodríguez Carnero, La Mari de Chambao, (Málaga, 1975) presenta su nuevo disco ‘En la cresta del ahora’ este jueves en Las Dalias. Un disco que se publica el próximo 22 de septiembre tras ocho años de silencio por parte de los artífices del concepto Flamenco Chill que irrumpió con fuerza hace 22 años en la escena musical fusionando flamenco con música electrónica.

—Vuelve a tocar en Ibiza tras un parón de varios años, ¿qué sensaciones le despierta?
—Muy buenas. En Ibiza siempre nos ha ido muy bien, la gente siempre tiene muchas ganas de Chambao. Además, Ibiza fue uno de los primeros lugares donde tocamos como Chambao, fue en el Kumaras y en un bar del Puerto.

—¿Esto fue antes del fenómeno que supuso su llegada a la escena musical?
—En realidad nosotros lo vivimos de una manera distinta. Han sido años y años currando, disco tras disco y gira tras gira. En ningún caso lo vivimos como un ‘fenómeno’.

—Sin embargo, pusieron sobre el escenario un nuevo concepto: el ‘Flamenco Chill’, ¿no es cierto?
—Así es. De alguna manera fuimos nosotros los que inventamos el término y esa mezcla. En concreto, quien acuñó este término fue Henrik Takkenberg, el productor de nuestro primer disco. Nosotros sabíamos que era fusión, pero no éramos capaces de encontrarle un nombre determinado.

—Ha pasado mucho tiempo y muchos discos desde entonces.
—Así es. Nada más que 22 añitos en los que hemos currado muchísimo y en los que he tenido la suerte de poder dedicarme a algo que me gusta, para lo que valgo y que me ofrece la posibilidad de vivir la vida y de crecer de otra manera.

—Tras cinco discos de estudio más otros dos recopilatorios, está a punto de sacar un nuevo álbum, ¿Qué nos puede contar de este nuevo trabajo?
—Del disco, poca cosa. Que tendrá 12 temas nuevos, que se llama ‘En la cresta del ahora’ y que sale el próximo 22 de septiembre. Hasta entonces, prefiero guardarme lo mucho que hay que contar sobre él: las colaboraciones, el arte, dónde y con quién lo grabamos…. De momento, prefiero hablaros de los tres singles que ya hemos adelantado: ‘Mis flores’, que salió en abril y en la que colabora Rosario La Tremendita; ‘Hijos de la música’, que es una colombiana con bases electrónicas y ‘Te lo dije’, que es un tema que habla sobre el amor propio y que salió por San Juan. En agosto sacaremos un cuarto single, que se llama ‘Florecimiento’, que es un ‘tanguillo’ electrónico. Va a ser un disco en el que, aparte de volver a los inicios de Chambao en cuanto al Flamenco Chill, me he mojado un poco más con el flamenco. Hay unos verdiales, que les dedico a mis padres, unas colombianas, una bulerías, una soleá y una alegría.

—¿Recupera en este disco la esencia más electrónica tras los últimos álbumes, un poco más orgánicos?
—En los dos últimos, quisimos probar algo nuevo. Tras esto entré en una especie de discusión conmigo misma sobre si seguir haciendo flamenco electrónico o seguir por otros derroteros, sobre si mantener el nombre de Chambao o llamarme La Mari de Chambao… tenía una especie de conversación pendiente conmigo misma (ríe).

—¿Dónde le llevó esa conversación consigo misma?
—Me llevó a seguir haciendo giras y colaboraciones, pero a dejar de grabar discos durante ocho años. A buscarme un poco a mí misma y a ver por dónde seguir el camino, tanto profesional como personalmente.

—Tras este periodo de conversaciones, ¿podemos esperar un disco nacido de la madurez?
—Más bien, diría que es un disco de florecimiento. Si escuchas ‘Mis Flores’, en el estribillo dice «dejo caer mis flores para que salgan mis frutos de colores» esto más bien es tocar el suelo, una especie de resurgimiento del Ave Fénix. Las letras del disco vienen a ser un canto a la Tierra, todas nuestras preguntas y respuestas están en la Naturaleza, cuidémosla. Así que hay una serie de reivindicaciones, hacia la Naturaleza, pero también hacia lo personal y el amor propio. Lo bonito de la vida es aprender de ella, de las situaciones y de las personas. Todo el mundo que ha aparecido en mi vida me ha enseñado algo. Eso te hace evolucionar y crecer.

—¿Qué podremos ver en su concierto de Las Dalias?
—Un escenario muy pequeño (ríe). Ya hemos tocado en ese enclave, que es muy bonito, pese a que invito a los responsables a mejorar un poco las instalaciones, Las Dalias se merece un escenario más amplio, por el público y también para los artistas. Sin embargo, es muy probable que haya una sorpresita que no os puedo adelantar todavía. La verdad es que me flipa tocar en Las Dalias, delante de los artesanos del Hippy Market que están allí currando. Aunque eso de Hippy Market hoy en día no sé exactamente cuando lo fue, porque hoy en día para comprarte una pinza para el pelo hay que sacar la tarjeta (ríe).

—¿Qué público espera?
—Me encanta tocar para los currantes, espero que vengan los artesanos que curran allí. Por otro lado, supongo que vendrán los ‘arrastrados’ por quienes les gusta Chambao y no saben muy bien a dónde van (ríe). A esos los compadezco (risas). En serio, se lo van a pasar todos muy bien. Además, me gusta que nuestra música llegue siempre a gente nueva. También a nuevas generaciones. Hay que tener en cuenta que han pasado 22 años desde nuestro primer disco y quienes nos escuchan desde el principio ya tienen casi 50 tacos. Quien no se ha casado, se ha divorciado o tiene niños que ya son mayores. Ya me vienen chavales de 18 o 19 años que me dicen que nos vienen a ver porque han crecido desde niños escuchando nuestra música por sus padres. Es bonito que las nuevas generaciones te sigan valorando dentro del panorama musical que hay hoy en día.

—¿Cuál su opinión sobre el panorama musical de hoy en día?
—La música es música y nadie la puede atrapar. Sin embargo los estilos musicales y la venta de la música ha avanzado a un lugar donde hasta ahora yo nunca había visto. Yo, que hago fusión porque soy una amante de la música de raíz, aunque no cante flamenco puro, pienso que se pueden fusionar los estilos de muchas maneras distintas. Creo que, a raíz de las redes sociales, de la pandemia y del mundo cibernético han salido artistas y grupos muy jóvenes que hacen música con los nuevos programas digitales que se han abierto paso, pero si te digo la verdad: es que no me entero de nada (ríe). Además, si te fijas, con permiso de Rosalía, es un mundo bastante masculino. Apenas llevan músicos y los conciertos son más un espectáculo que otra cosa. Pero bueno, es su punto. Hay muchas cosas asombrosas, tanto para bien como para mal. Yo creo que hay que preguntarse para qué y para quién haces música.

—¿Para qué y para quién hace usted su música?
—Yo concibo la música como algo que va de la mano de la poesía y de la reivindicación. Si lo único que reivindicas es «mueve tu culo mami», yo no entiendo el sentido. Hay muchas cosas que reivindicar cuando tienes un altavoz desde el que te va a escuchar tanta gente. Se pueden decir muchas cosas desde tu experiencia, en qué barrio te ha tocado nacer o quién te rodea. En este sentido, Gata Katana era un altavoz excelente. Yo hago música desde el corazón y el amor, para comunicarme conmigo misma y para quien tenga enfrente. La música es la herramienta más hermosa de comunicación.