Nadie quiso perderse la tradicional ‘berenada’ en Puig des Molins. | MOISÉS COPA

Catalina recordaba este martes por la tarde cómo, cuando ella era joven, cerraban antes de lo habitual la tienda en la que trabajaba en Vila para no perderse el acto social del verano: sa Berenada, en es Puig des Molins. Aunque esta fiesta ha pasado por altibajos y periodos de todo tipo, lo cierto es que, poco a poco, va recuperando participación.

Para comprobarlo, bastaba con acercarse este martes por la «a este lugar en el que decenas de ciudadanos ‘merendaron’ a base de tortillas, sandías e, incluso, paella, puesto que Fernando Vivancos volvió a cocinar esta delicia de la gastronomía nacional para más de 700 personas. «Hemos empezado a las 17.00 horas y hemos empleado 75 kilos de carne y otros 70 de arroz, además del marisco», señaló Vivancos.

También el alcalde Rafa Triguero pudo degustar un plato de paella y un poco de la sandía que se repartía en la fiesta (más de 370 kilos de esta suculenta y veraniega fruta), asegurando que estaba muy contento con la participación de los ibicencos en las fiestas patronales. «Es momento de compartir esta tarde con todo aquel que se acerque», reiteró.

Raquel, junto a su nieta, explicó cómo llevaba acudiendo a sa Berenada desde pequeña. «Desde niña he estado viniendo. Después, lo hice con mis hijos y ahora con mi nieta», destacó.

María Teresa, residente en Ibiza desde hace una década, participó en la fiesta popular por primera vez y lo hizo «porque me lo dijo un amigo, pero me gusta mucho porque el ambiente es impresionante». También Marc, un vecino de la isla, descubrió ayer en qué consiste sa Berenada «porque nunca me había coincidido».

Otra pareja residente, que prefirió no dar su nombre, lamentó que, a su juicio, «ya no vale la pena venir porque antes no había aquí ni un coche y ahora está lleno». «Ha degenerado mucho», insistieron estos vecinos.

Gracias a la brisa que soplaba en la zona de Los Molinos, los asistentes comprobaron cómo las temperaturas dieron ayer un pequeño respiro, por lo menos al lado del mar.

Música, juegos para los más pequeños y corrillos de todo tipo, no faltaron en sa Berenada. Marián y Enrique, un matrimonio residente en Vila, acudió a la celebración «por tradición», dispuestos a degustar una buena ‘coca’ y sandía. «Nosotros hemos venido todos los años. Creo que hubo algunos sin mucha participación, pero cada vez se suman más asistente», comentaron. Ginés destacaba, por su parte, cómo desde que se jubiló suele venir todos los años. «Era conductor de autobús y antes no podía por el trabajo», reconocía a este rotativo, al tiempo que relataba a los asistentes cómo había sido la Reconquista de Ibiza.