Juan Antonio Belmonte y Antonio César González, ayer, minutos antes de sus conferencias. | Irene Arango

Aunque no conoció personalmente a José Luis Bofill, participar en las Jornadas de Astronomía en homenaje al que fuera presidente de la Agrupació Astronòmica d´Eivissa ha sido todo un honor y una gran experiencia para el arqueoastrónomo Juan Antonio Belmonte.

Con una conferencia titulada Paisajes y celajes en la Menorca talayótica, Belmonte desgranó ayer en el Museo de Puig des Molins la interacción de estos monumentos menorquines con el cielo y cómo ello ha sido uno de los atributos fundamentales a la hora de conseguir la declaración de Patrimonio Mundial de la Unesco.

Según explicó, los monumentos de Menorca relacionados con la astronomía son las navetas, orientadas siguiendo un determinado patrón «casi con seguridad astronómico, y que ligaría la isla a las costas mediterráneas del sur de Francia». La ‘taula’ menorquina también estaría relacionada con el cielo y los astros puesto que «muestra un patrón de orientación celeste bastante evidente».

«Hoy en día utilizamos una brújula o un GPS para orientarnos, pero en la antigüedad lo hacían observando los astros del cielo y lo hacían tanto en su vida diaria como en su trabajo para obtener buenas cosechas y también para orientar sus edificios sagrados», relató.

El arqueoastrónomo detalló las conexiones de estos importantes restos menorquines con los existentes en otras zonas de la cuenca mediterránea y de otras partes del mundo. El experto, en relación a la declaración de la Unesco, consideró que ha sido posible gracias al esfuerzo de un equipo multidisciplinar «brutal», integrado por especialistas en distintas áreas, desde geógrafos a botánicos.
«La fuerza es el conjunto», señaló.

Antonio César González abordó, por su parte, la Arqueoastronomía pitiusa: el cielo de nuestros antepasados, una interesante conferencia en la que repasó diversos aspectos sobre la relación con el cielo de civilizaciones como las fenicias.

González reconoció que la arqueoastronomía pretende saber los motivos por los cuales los antiguos se basaban en los astros a la hora de construir un monumento «y cómo entendían el cielo como parte de su mundo».

El experto aseguró que todavía pueden encontrarse pueblos que se rigen por los astros «y nosotros en muchas cosas todavía nos dejamos dirigir por el cielo, aunque no lo hagamos de manera consciente».

En su charla, González dio a conocer el resultado de sus años de investigación en las Pitiusas centrándose en dos aspectos: uno de ellos en relación a monumentos megalíticos como el de Ca na Costa y el otro sobre los fenicios y púnicos que dejaron una huella «tan clara y tan profunda en Ibiza».
Cómo orientarse en el mar o saber cuándo era la mejor época para sembrar determinados cultivos, eran prácticas habituales en el mundo fenicio, siempre pendiente de los astros y de las distintas referencias en el cielo.

«Las Pitiusas son un entorno estupendo. No es que sólo construyeran sus tumbas o santuarios mirando hacia una dirección concreta, es que escogían ciertas zonas en las que tenían referentes en el paisaje muy concretos. No era solamente cómo construir, sino dónde», insistió.

Los actos en homenaje a Bofill seguirán esta mañana en el Recinto Ferial a partir de las 10 de la mañana