Cerca de 400 niños inundaron el bulevar Abel Matutes en el Día Internacional de la Educación Vial. | ARGUI ESCANDON

Cerca de 400 niños inundan el bulevar Abel Matutes pese a ser un jueves por la mañana. Se han saltado las clases para poder venir a la enorme fiesta montada por el Ayuntamiento de Vila en ocasión del Día Internacional de la Educación Vial. Algunos corren a los talleres, otros al circuito (cedido por Sant Antoni), pero en cuanto empieza a sonar la música de Poli Marchoso, todos corren a verle y a cantar sus animadas canciones que, además de sacar las risas del público, enseñan a los pequeños conceptos básicos en la materia.
Allá sobre uno de los escenarios, Poli Marchoso enseña a los niños a través de la tortuga Felisa que no pueden lanzarse corriendo a la calzada cuando se les escapa un balón o se harán «pupa» con algún coche o moto: deben avisar a un adulto. A través de otra vivencia de la tortuga, también les dice que, si se pierden, no deben irse con desconocidos, es mejor que se queden en su sitio o busquen policías o una tienda para llamar a sus padres o al 112. Los niños contemplan atentos sus explicaciones, pero todos ellos esperan con ahínco las canciones de Poli Marchoso con sus amigas marionetas, Tuca y Sapito.

«Conseguir que estén atentos… ¡Me piden que cante!», comenta tras la actuación José Vázquez, el Poli Marchoso. El natural de Oviedo ya está jubilado tras 37 años como policía y 30 como agente vial, pero continúa encantado realizando sus labores por colegios de Asturias y, en ocasiones, también de Ibiza. Durante el espectáculo, Tuca y Sapito no paraban de cortar a Poli Marchoso provocando auténticas carcajadas en su numeroso público. «Intento coger expresiones de los pequeños», como el «jo» de los niños de tercero de primaria, «además del caca-culo-pedo-pis que tanto les hace reír».

Todos juntos, con coreografía incluida, cantan el estribillo de Oye: «Oye, que vamos mal si no haces caso de la señal…». «Esto decídselo a vuestros padres si los veis saltándose un stop o yendo más rápido de lo permitido», comenta Vázquez, muy animado, desatando las risas de las maestras. Poli Marchoso tiene dos actuaciones por la mañana y una más a las 18:00 horas de la tarde. Sin embargo, no todo es música, y Alberto Serrano, coordinador de Educación Vial, avisa a Vázquez de que se le está yendo la hora: «¡No puede parar!».

Entre señales y semáforos
La pequeña Raouda, del colegio Portal Nou, acaba de salir de uno de los talleres para enseñarle con orgullo a su maestra la señal de tráfico que ha hecho. «Es la señal de cruzar», indica, «le he puesto el celo, la plastilina, el palo y la he pintado». Por otro lado, Islam y Nor, de la escuela de Cas Serres, explican que se lo están pasando muy bien. «Hemos venido a hacer cosas, como chapas o ir en bici, y a aprender», comenta Nor. Ambos sonríen cuando escuchan hablar de Poli Marchoso y admiten que había señales que no conocían antes de venir al circuito. El pequeño Islam, tras la breve entrevista, salta a bailar con Poli Marchoso.
«Por la tarde vendrán las familias y montaremos otros puestos, como un taller de retención infantil para que los niños vean cómo hay que ponerse el cinturón. Yo cojo a los padres y les muestro el daño que pueden hacer a sus hijos si no van bien puestos», explica Serrano. El agente lleva desde las 6:00 de la mañana preparando todo y supervisando a los pequeños que, en ocasiones, van muy rápido, intentan adelantar o pasan por el circuito corriendo. «Esta tarde pondremos más coches y traeremos las gafas que distorsionan la realidad como lo harían varias sustancias. Tengo pensado hacer un partido de baloncesto entre adultos de drogas contra alcohol», comenta el coordinador de Educación Vial.
Al fin y al cabo, esta es una fiesta para aprender. «Es importante que estemos todos aquí celebrando este día que tiene como objetivo principal conocer las normas de educación vial», explica Catiana Fuster, segunda teniente de alcalde de Vila responsable del Área Social y concejala de Educación, Juventud, Voluntariado y Protección Civil. Fuster destaca, asimismo, que por las mañanas son diez colegios del municipio los que acuden al bulevar pero que por la tarde pueden venir las familias.

La fiesta concluye tarde con la incorporación de un taller de reparación de bicicletas y el acceso de patinetes al circuito vial. Cachirulo no se pierde la ocasión para ofrecer un espectáculo de globoflexia de 17:30 a 19:00 horas. La jornada termina, sin embargo, con la exposición de vehículos de Protección Civil, Guardia Civil y Bomberos del Consell.