Niños haciendo manualidades en los talleres | Irene Arango

Mantener las tradiciones es lo que mantiene viva la cultura de un lugar. Por ello en Sant Antoni se organizó este primero de noviembre una serie de actividades en es Molí d’en Simó, para que los más pequeños pudiesen disfrutar de un día de Tots Sants de la forma más tradicional: trencada, rosarios dulces y una manualidad que consistía en hacer farolillos de papel. En esta ocasión, la jornada estuvo organizada por s’Espurna.

«Es una buena manera de acercar a los niños a la tradición», contó Vanessa Ribas, una vecina de la localidad que trajo a su hijo para que se empape de las costumbres de esta festividad, que muchos como ella consideran que se están perdiendo. «Creo que solo hay un lugar en Vila que venden rosarios hechos y es algo que si no les enseñamos los padres no sabrán de esto porque en los colegios no se hace», añadió Ribas.

Irati, de siete años, y Ona, de cinco años, están haciendo un farolillo multicolor. Ambas conocen la tradición y han querido mezclarla con Halloween, pues Irati se disfrazó de bruja y Ona optó por el disfraz de murciélago. «Me lo estoy pasando bien», afirmaban ambas y añadieron que asistirían más tarde a ver un partido de básquet con sus atuendos.

«En el cole hicimos una excursión a la playa y yo fui al campo para recoger frutos secos», explicaban Adrián, de siete años, y Emma, de cinco años, mientras decoraban su farolillo para Tots Sants. En su caso no iban disfrazados, pero ayer sí que celebraron Halloween haciendo el famoso truco o trato.

Aunque estas actividades se hacen para que la cultura de Tots Sants siga viva, los mayores, como Pepita, se dan cuenta de que cada vez es menos común que los más jóvenes celebren este día: «Desgraciadamente esta tradición se está perdiendo cada vez más. La trencada y otras cosas relacionadas con esta fiesta se tendrían que hacer más. Además, consideró que la festividad del día anterior se puede compaginar con esta: «los disfraces están muy bien, pero también se tiene que seguir la tradición de Ibiza».

Moisés García ayudaba a su hija a hacer una manualidad. Consideró que era buena idea acudir para que aprenda esta sagrada costumbre.

Una de las actividades que destacó, junto a los farolillos fueron los rosarios de golosina. «Tradicionalmente en Baleares el padrino regala al ahijado o ahijada un rosario de chuches y hoy lo hacemos nosotros», detalló Irene Marí, coordinadora de monitores de s’Espurna, quien afirmó que esta actividad le suele gustar a los pequeños. Bajo su criterio, al realizar estas jornadas, piensa que Tots Sants no se pierde, ya que sigue vivo gracias a las actividades como esta.