Imágenes de la inauguración. | Moisés Copa

La Escola d’Art d’Eivissa inauguró este lunes el ciclo de actividades programadas con motivo del 8 de marzo, Día de la Mujer, con una exposición conjunta de pintura y escultura, de la mano de las artistas Aphon Hengcharoen y Carmen Almécija respectivamente.

Aphon Hengcharoen presentó una obra de 16 cuadros, en la que la mayoría son pinturas al óleo, pero también se pueden encontrar imágenes hechas a carboncillo, lápices y tinta. Entre estas pinturas se encuentran muchos retratos de mujeres payesas, «cuya cultura local sirve como una fuente adicional de inspiración», ha explicado la artista.

«Busco en estos retratos de las mujeres transmitir un momento de serenidad, concentración, seguridad y conocimientos todo esto unido en una imagen, que cuando mires las pinturas te hagan pensar sobre qué están haciendo».

Para ella la mujer y los retratos siempre son una fuente de inspiración: «Me gusta representar la vida de Ibiza y los oficios que todavía se puede ver en los pueblos y muestras de artesanía». Pero también hay otra parte de la exposición que «es más realista» en la que incluye «la fantasía que representa el mar y la posidonia para la intentar concienciar sobre la protección del medio ambiente».

Aphon Hengcharoen, nacida en Tailandia en 1978 y residente en Ibiza desde 2014, es una pintora hiperrealista. Con una formación en Diseño, Comunicación y Arte Visual de la Universidad de Burapha, previamente se desempeñó en diseño gráfico, ilustración y dirección de arte en Tailandia. Desde su llegada a Ibiza, se ha entregado por completo a su expresión artística, especializándose en la creación de paisajes naturales.

Bronce y hierro

Carmen Almécija, por su parte, presenta dos obras hechas de bronce y hierro inspiradas en la naturaleza de Ibiza, en los bosques y en el mar. Una de ellas se llama ‘El bosque como refugio’, en la que representa una mujer de la que las ramas surgen del inferior y simbolizan las raíces, que para la artista representa «lo que no se ve» y arriba el tronco «es lo que se vería y representa a la mujer». La segunda obra se titula ‘Tránsito’ y para Almécija simboliza el paso de un estado a otro: «Casi toda mi obra aunque está inspirada en algo externo. Son estados del alma, ya que uno va creciendo, va aprendiendo, y de un lado pasa al otro».

Para esta artista es importante poner sobre la mesa el papel de la mujer en esta profesión: «Tenemos una visión diferente, la mitad del mundo son mujeres si se apuesta nada más que por el arte masculino, se pierde, ahora empiezan a salir y se empiezan a apoyar poco a poco pero en los museos no tienen visibilidad y hay que seguir alzando a voz».

Carmen Almécija, nacida en Granada y residente en Ibiza, es una artista versátil licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Granada. Su obra ha llegado a lugares tan diversos como Barcelona, California y Singapur debido a sus exposiciones. Además, se formó en Forja Artística en la Escola d’Arts d’Eivissa y ha creado esculturas con metales como hierro y bronce, manteniendo la delicadeza en otras obras con técnicas y formatos más suaves.

Julia Fragua, coordinadora de la exposición, ha explicado a este periódico que el objetivo es sobre todo intentar acercar el arte a los alumnos: «Hace años había una costumbre de ir a ver, entrar en las salas y los museos y personalmente pienso que aquí hay muy poca cultura en los jóvenes, entonces intentamos engancharles al arte y siempre que podemos los llevamos a ver cosas interesantes que hay en la isla así como traerles aquí artistas, que es muy interesante».

Pero también cabe en estas fechas resaltar el papel de la mujer como artista para brindarles este referente: «Intentamos dar un empujón a la mujer artista, porque hay muy buenas y las cosas están cambiando porque a lo largo de la historia estuvieron ninguneadas y anónimas, y ahora esto se está redireccionando». Fragua ha puesto como ejemplo el caso de Sofonisba Anguissola, a quien recientemente se le ha reconocido una famosa pintura retratista de Felipe II a edad temprana, que se encuentra en el Museo del Prado.