Los rocieros Nerea y Alejandro durante el recorrido de la Virgen del Rocío.

Bailes por sevillanas y un pasacalles por Sant Antoni dieron paso al esperado fin de semana rociero de la Hermandad de Sant Antoni de Portmany. Un gran festejo que, no obstante, comenzó en la Iglesia de Sant Antoni con una misa solemne este pasado sábado por la tarde. Tras el oficio, un buen grupo de hermanos y hermanas rocieras de la hermandad salió en comitiva en dirección al Pou de Forada mientras la Virgen del Rocío realizaba este recorrido trasladada por una yegua. Durante este paseo rociero, los hermanos y hermanas cantaban y bailaban con sus trajes de flamenca cortos y sus vestidos de sevillanas que lucían mientras entonaban las diferentes canciones dedicadas a la Virgen.

Entre ellas, la popular ‘Salve Rociera del Olé Olé’, que también es la canción que se canta cuando la imagen vuelve al culto. Además, también se trasladó la figura pequeña de la Virgen del Rocío, la cual fue desplazada por un burro que seguía los pasos de la yegua. Entre estas personas, también estaba Sergio David, presidente de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Palma de Mallorca. Pocos rocieros se quisieron perder este gran festejo durante el fin de semana: «Ha venido mucha gente; es difícil lograr esta gran participación y algo tan grande en una isla», señaló a Periódico de Ibiza y Formentera la rociera Nerea López, quien no se pierde nunca el Rocío de Sant Antoni. Una celebración que finalizó ayer domingo con el regreso de la Virgen del Rocío, también conocida como la ‘Blanca Paloma’ o la ‘Reina de las Marismas’, a la iglesia de Sant Antoni desde el pueblo de Forada.

Cabe recordar que este festejo supone para la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Sant Antoni de Portmany semanas de preparación y esfuerzo en las que limpian, preparan y decoran las carretas. Un trabajo lleno de devoción que ha convertido esta celebración en un acto muy especial en el municipio de Sant Antoni.