Representantes de las asociaciones y colectivos que forman parte del Consell Entitats de Formentera, pudieron escuchar y debatir ayer la última de las ponencias previstas, bajo el título «La Savina, Poble y Port. Visió Integral», la cual estuvo a cargo de tres de los integrantes del Estudio Luna de Rotterdam, los arquitectos Joan Alomar, Carmen Largacha y Juan Marcos Rodríguez.

Entre los contenidos abordados destacaron los criterios de reorganización que no de ampliación del puerto y el pueblo de la Savina, así como la mejora de un área que, al entender de los especialistas, «ha tocado techo debido a ser la única entrada y salida de la isla y se debe conseguir de este núcleo urbano una zona diáfana con tres puntos fundamentales a destacar: movilidad, conservación del patrimonio histórico y paisaje», señaló Joan Alomar.

Según el arquitecto «en anteriores encuentros se ha hablado de reducir u optimizar las zonas de aparcamiento y en nuestro caso la propuesta es la de optimizar el núcleo urbano, generando nuevos puntos de interés, a través de paseos marítimos que se situarían en la costa nordeste de s’Estany des Peix y en la parte del pueblo que mira a las salinas».

Asimismo, el estudio incluye una regeneración patrimonial y cultural con la reconstrucción del edificio de Es Campament, que incluye un predio de amplias dimensiones donde se prevé ubicar un centro de interpretación polivalente, con el objetivo de convertirlo también en un espacio lúdico y cultural para el uso y disfrute de residentes y turistas.

Juan Marcos Rodríguez fue más allá con un propuesta llamada «intercambiador modal» en la que destaca que turismo, movilidad y comercio van siempre ligados, por lo que propone que «la Savina no sea sólo una zona donde llegar y alquilar un vehículo, sino un enclave para pasear y llegar caminando a distintas paradas de autobuses o taxis, con veredas acondicionadas dentro del núcleo urbano y potenciando así la actividad comercial de la zona». El arquitecto pone como ejemplo comprobado que caminar con el equipaje desde el barco hasta el cruce de la ‘rosa dels vents’, equivale a la distancia desde el avión en el aeropuerto de Eivissa a las paradas de transporte público y llegar andando a la última parada de autobuses a la salida del núcleo urbano en dirección Sant Francesc se sitúa en los metros que existen entre la retirada de equipaje en el aeropuerto de Barcelona y las paradas de transporte público que se encuentran en la zona exterior de El Prat.

Un espacio amable

Para los redactores del proyecto, el objetivo es optimizar los espacios, crear paseos y zonas verdes y agradables y reacondicionar veredas y puntos «en notable deterioro como la Torre des Carregador y aledaños», es el de brindar un espacio amable, que invite al disfrute y que se convierta en un referente en la isla y no en el «embudo de atascos y de falta de aparcamientos», como sucede durante los meses de verano, algo que reactivaría la economía de la zona.

Para evitar dicho embudo el estudio propone abrir una vía alternativa a la Avenida de la Mediterrània, realizando lo que denominan un ‘by pass’ por las calles Ponent y Gregal que mejoraría la circulación sobre todo de bicicletas, motos y de las fuerzas y cuerpos de seguridad en casos de emergencias.

Las asociaciones miembros del Consell d’Entitats analizarán este proyecto y en breve presentarán las alegaciones que consideren pertinentes.