Uno de los objetivos de la conselleria que dirige Parellada es la creación de una residencia para mayores en la menor de las Pitiüses.

Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona y con una serie de másters y postgrados en su currículum, la consellera de Benestar Social i Joventut de Formentera, Vanessa Parellada, se enfrenta con ilusión a una cartera que tiene claro «está al servicio de todos los ciudadanos».

—Usted comenzó como técnico en esta conselleria, ¿cómo se siente al ser ahora la responsable del área?
—De momento es una experiencia rara, pero a la vez muy positiva ya que cuento con el apoyo de los compañeros de Gent per Formentera y con un gran equipo técnico del que tuve y tengo la suerte de formar parte. Estoy muy ilusionada con esta labor.

—¿Qué características destaca del Centro de Dia para personas mayores?
—Se trata de una infraestructura que ya está consolidada con dos áreas, una para discapacidad que se abrió este año y otra para gente mayor, mientras estamos coordinando la incorporación de plazas de otro sector destinado a salud mental. En estos momentos contamos con cuatro trabajadores dentro de la plantilla técnica: una enfermera, una fisioterapeuta, una técnico en discapacidad y una trabajadora social, así como con seis auxiliares de geriatría que están en contacto directo con los usuarios mientras permanecen en el centro, a los que hay que sumar personal de cocina y un chófer que realiza los traslados a los domicilios de los usuarios. Asimismo, desde el mes de junio la técnico en discapacidad, Marta Uriarte, ha sido nombrada directora del centro.

—El año pasado se traspasaron las competencias en materia de gestión del edificio y del personal al Consell de Formentera. ¿Cuál es la situación actual?
—Partimos de que es un centro básico que responde a las necesidades de la población y que, como todo este tipo de infraestructuras sociosanitarias, es deficitaria ya que la administración pública no está para ganar dinero sino para ofrecer unos servicios.

—¿Cuál es la hoja de ruta que se ha planteado con respecto al Centre de Día para esta legislatura?
—En primer lugar abrir el Centro de Día a toda la población de Formentera ya que hasta ahora la sensación es la de que este enclave es como un satélite dentro del área de Serveis Socials. Queremos que esté integrado, ampliar servicios como el de ayuda a domicilio, y contar con una unidad de fisioterapia abierta a usuarios externos al centro. Queremos ir en camino a un modelo integral destinado a toda la gente grande, sea o no usuaria habitual del centro. En este sentido, uno de los proyectos es incorporar un espacio al aire libre con aparatos de gimnasia abierto a todos los mayores y con un objetivo añadido que es el que conozcan al personal que trabaja aquí y los servicios que se brindan.

—Existe un proyecto para crear una residencia de mayores en la isla. ¿Cuáles son las características que debe tener, teniendo en cuenta la falta de costumbre ante este tipo de modelo asistencial en la isla?
—Lo que planteamos desde Benestar Social es que los mayores con necesidades cuenten con toda la ayuda para, en un principio, no tener que salir de su casa. Pero si esta salida es necesaria procurar que conozcan al personal y al resto de usuarios. El modelo de residencia que nos planteamos es un espacio integrado al entorno del Centro de Día, con una fase inicial para entre 10 o 15 residentes y que vaya creciendo en función de las necesidades. No podemos pensar en una residencia al uso como las que existen en las ciudades, sino en algo adaptado al entorno rural y a las características de la isla. Dadas todas estas particularidades, debemos reglamentar el decreto autonómico con las características propias que consideramos debe tener una residencia de mayores en Formentera.

— Ya que hablamos de atención a mayores no podemos dejar de lado los tres Clubs de Jubilats que funcionan en Sant Francesc, Sant Ferrán y la Mola, y que todo indica ‘gozan de buena salud’, ¿no es así?
—Para todos los usuarios ir al club es algo sagrado y funcionan de maravilla ya que tengo contacto permanente con la directiva de cada uno de ellos. Hace unas semanas fuimos a Eivissa a un encuentro de la Federació Pitiusa y los representantes de Formentera ocuparon varias mesas. La gente grande de la isla tiene una salud y unas ganas de hacer cosas que es envidiable con un nivel de participación muy alto en todas las actividades que se organizan.

—En materia de Joventut, tenemos todo un mes de noviembre dedicado a los más jóvenes con motivo de la designación, ‘Formentera, ciutat amiga de l’infància’ otorgada por la Unesco. ¿Cuáles son las líneas de trabajo que se han marcado en este área?
—Queremos que los niños y los jóvenes tengan más presencia y visibilidad en la sociedad como ciudadanos de pleno derecho y que lo que proponen sea escuchado y que vean una aplicación de esas propuestas. En este caso, el Casal de Joves de Sant Francesc funciona bien desarrollando una amplia propuesta de actividades y el número de usuarios se incrementa cada año. En 2014, el promedio de usuarios diarios se situó en 48 jóvenes y este año ya estamos en 60 los que utilizan el espacio. Asimismo contamos con el programa Formentera Marcha, que salió del área básica de Benestar Social para evitar y prevenir el consumo de drogas y alcohol entre los más jóvenes, promoviendo así un ocio más saludable, a través de actividades lúdicas, deportivas y culturales y todos estos proyectos cuentan con un incremento de participación. Es cierto que solo tenemos un casal en Sant Francesc y trasladar esta iniciativa a otros núcleos urbanos como Sant Ferran y la Mola es algo que estamos estudiando ya que no disponemos de espacios físicos donde desarrollar esta oferta, pero estamos buscando soluciones alternativas.

—¿Cuál es el protocolo que desarrolla la conselleria a su cargo para paliar las necesidades de personas en riesgo de exclusión social?
—Es cierto que en los últimos años los casos de personas con necesidades se han incrementado y es una realidad que hay familias con problemas económicos. A partir de 2013, el baremo que se utiliza para evaluar a estos grupos familiares a la hora de recibir ayudas se ha vuelto más flexible, debido también a un aumento de la demanda. En materia de protocolo es necesario concertar una cita con la trabajadora social para evaluar cada caso y dependiendo de las necesidades se otorgan vales para comida en los dos establecimientos concertados en la isla, Eroski y el Colmado Toni. Además contamos con la asociación sin ánimo de lucro Formenterers Solidaris, que también distribuyen alimentos no perecederos y ropa. Asimismo, se tiene en cuenta de manera prioritaria si hay bebés en el núcleo familiar para que nos les falte leche y pañales. Hay que destacar que también existe otra vía de ayuda, a través de la renta mínima de inserción. En estos casos colaboramos con gente que no necesariamente está en un nivel de pobreza, pero que por edad o falta de formación no consigue insertarse en el mercado laboral. En este sentido, ponemos en acción programas formativos y prácticas en empresas para mejorar su situación laboral. Sobre este tema me gustaría añadir que la mayoría de los solicitantes de ayudas son de nacionalidad española, para desterrar el concepto de que son los inmigrantes los que demandan este tipo de servicios.

—¿Cuáles son las labores que se llevan a cabo en inmigración?
—En primer lugar destacar la implicación del personal de la conselleria que se dedica a este sector de la población y que hace todo lo posible para facilitar unos trámites que muchas veces, por la cantidad de documentos a aportar, generan mucho estrés entre los solicitantes. Además, continuamos con las charlas informativas y a la vez educativas para todos aquellos inmigrantes que quieren optar a la nacionalidad española. También hay que destacar el éxito que cada año tiene la Fiesta Intercultural que se realiza en el mes de abril.

—¿Cuál es el principal reto que se plantea para 2016?
—El área es muy amplia y son varios los proyectos a realizar. Pero me gustaría destacar algo que ya estamos consiguiendo y es lo relativo a que las valoraciones de discapacidad se hagan en Formentera. Cuando nos visitó hace un mes la consellera balear de Serveis Socials, Fina Santiago, le presentamos un listado de necesidades que parecía la carta a los Reyes Magos. Entre ellas, la necesidad de establecer una solución al punto antes mencionado y que en la legislación anterior había sido desestimado. En este sentido, y a partir de este mes, las valoraciones por parte de médicos y psicólogos se realizarán en Formentera, sin necesidad de que los usuarios tengan que desplazarse a Eivissa. Nos han pedido unos espacios y les hemos habilitado despachos en el Centro de Día y colaboraremos con los traslados de los especialistas. Queremos acabar con la doble insularidad en materia asistencial y que sea una legislatura a favor de las personas y a sus necesidades.