Juan Manuel Costa Escanellas (Eivissa, 1973) es Licenciado en Administración de Empresas por la UIB y en Empresariales por la Universidad de Palma de Mallorca. En el año 2000 entró a formar parte del pleno de la Cambra de Comerç d’ Eivissa i Formentera como delegado en la menor de las Pitiüses y, tras la dimisión del anterior responsable del organismo Vicent Torres el pasado 3 de marzo, ha asumido la presidencia de la entidad hasta que se realicen elecciones en el próximo plenario en un plazo de dos meses.

—Es la primera vez que alguien de Formentera asume la presidencia de la Cambra de Comerç d’Eivissa y Formentera, ¿qué supone este nuevo reto?
— Hay que destacar que es una presidencia interina, debida a la dimisión del hasta ahora presidente de la entidad. Espero estar a la altura de las circunstancias siendo el representante de Formentera y de todos los socios de ambas islas.

—¿Cuáles son los principales objetivos que se ha marcado en este plazo «en funciones»?
—Continuar con el trabajo que se ha venido llevando a cabo hasta ahora. Vicent Torres ha sido un gran presidente que ha trabajado de forma intensa en los últimos años. Yo destacaría como un proyecto importante el luchar por la propuesta de conseguir gestionar la recaudación del Impuesto de Estancias Turísticas en Balears, ya que somos expertos en este tema como lo hemos demostrado en lo relativo al recurso cameral permanente y, además, en la fórmula que hemos propuesto se conseguiría que pagaran todos los turistas que llegaran a las islas. No solo aquellos hospedados en hoteles, hostales y apartamentos, sino también los que vienen a visitarnos por un día y que no contribuyen con sus impuestos en las islas. Una estancia cobrada y gestionada por la Cambra de Comerç se convertiría en un impuesto que perdurara en el tiempo, independientemente del color político que gobierne en las islas.

—¿Cómo valora la situación actual del pequeño y mediano comercio de Formentera?
—En Formentera el pequeño comercio ha vivido una modernización notable en los últimos años y también se ha especializado en rubros determinados, de forma profesional y con productos de calidad. Este es el camino que se debe llevar, sobre todo preservando el trato familiar y el buen servicio al cliente que es, en definitiva, lo que mantiene a estos establecimientos minoristas en la isla.

—Algo que se ha notado en los últimos años, sobre todo en Sant Francesc Xavier, es la proliferación de locales de restauración. ¿Cómo valora este incremento y la situación del resto de núcleos urbanos?
—En materia de restauración en toda la isla estamos tocando techo, pero también es claro que los que perduran en el tiempo son aquellos establecimientos que lo están haciendo bien; fidelizan al cliente y ofrecen buen producto, algo que los convierte en un referente ya que en temporada alta cuesta conseguir mesa en muchos de estos locales. Los comerciantes de Sant Francesc, en todos los rubros, han hecho un buen trabajo en los últimos años, convirtiéndose en un referente en la isla. En el caso de la Savina, sigue siendo un sitio de paso, la entrada y salida de la isla, por lo que se debería aprovechar más esta circunstancia. Con respecto a es Pujols, el núcleo necesita una limpieza de cara completa en todo sentido, igual que Sant Ferran, si bien es cierto que muchos establecimientos turísticos están acometiendo reformas sustanciales para aumentar la calidad que se ofrece al cliente. Y en la Mola se nota un incremento de la oferta en restauración y tiendas que ofrecen diferentes productos.

—¿Qué previsiones se barajan de cara a la temporada 2016 con respecto al comercio?
—Creo que será una temporada fantástica incluso mejor que la del año pasado, como se refleja en el nivel de reservas que se está generando y que redundará en un mayor gasto en toda la oferta complementaria.

—¿Se ha tocado techo turístico en la menor de las Pitiüses, hay que limitar la entrada de vehículos y visitantes?
—En techo ya se ha tocado. Las Normas Subsidiarias ya establecen un margen de crecimiento y se debe regular lo relativo a las viviendas turísticas vacacionales. Por otra parte la gente trabajadora que vive en la isla o aquella que desarrolla durante la temporada sus labores en Formentera tienen dificultades a la hora de acceder a un alojamiento asequible. Este es un problema grave tanto para los trabajadores como para los empresarios. Debe haber una regulación estricta y clara en este sentido y en la que participen todos los sectores implicados. Sobre la limitación de la entrada de vehículos, se trata de una cuestión difícil, por no decir imposible. Lo que sí se puede hacer es establecer una tasa para los que vienen de fuera. Con respecto al número de visitantes, las plazas son las que hay, pero habría que regular las excursiones que vienen a pasar el día a la isla porque este sector podría ser el factor que provoca dicha saturación. Es un debate a seguir.

—¿Cómo califica el nivel de las infraestructuras que posee la isla?
—Han ido progresando en la última década en distintos ámbitos: cultural, educativo, deportivo, sanitario, pero siempre quedan cosas por hacer, como mejorar las conexiones en materia eléctrica y de telecomunicaciones. Además quiero añadir la necesidad de que es Pujols cuente con un centro deportivo que sería un reclamo más durante la temporada.

—Desde la Cambra de Comerç, ¿habéis calculado el sobrecoste de los productos básicos que se atribuyen a la triple insularidad
—No hay estudios al respecto, pero sí es fácil ver, por ejemplo en materia de construcción, que traer una bañera de grava o un contenedor desde la península hasta Eivissa tiene un precio que luego se incrementa de forma sustancial si hay que llevarlo a Formentera. A mi entender no hay solución mágica para paliar la triple insularidad, lo que sí es cierto que nuestra isla necesita de ayudas tanto del gobierno central como del autonómico, no solo con los descuentos de residentes, sino también en materia de mercaderías.

—En el Consell d’Entitats de Formentera se volvió a demostrar el rechazo rotundo de todos los colectivos con respecto al cambio de ubicación del muelle de la Estación Marítima de Eivissa. ¿Cuál es su postura en este asunto?
—Como delegado de Formentera, me remito al escrito sobre este tema que hemos enviado junto a la Asociación Hotelera de la isla a la APB el pasado 7 de marzo y en el que expresamos que estamos en desacuerdo con el cambio de ubicación de la estación marítima en Eivissa. En el texto destacamos la unanimidad de todas las entidades y de los grupos políticos y reclamamos arribar a un acuerdo de interés general en el que se tenga en cuenta la postura de Formentera. Si la isla genera un movimiento de 1,6 millones de pasajeros al año, el más alto de España, es justo pedir y exigir que se considere nuestra opinión a la hora de realizar nuevas instalaciones.