Los técnicos, en pleno trabajo en la zona arqueológica. | David Setbetes

Además de una numerosa aunque pacífica colonia de lagartijas, las rocas de la zona de Es Cap de Barbaria, el enclave más meridional del archipiélago balear, esconden algunas de las joyas de un pasado remoto donde Formentera empezaba a ser habitada por el ser humano. Nos remontamos a la edad de bronce y a la sociedad prehistórica que habitaba esta zona, un poblado que contaba con una treintena de moradores y que desde el año 2012 ha sido objeto de excavación e investigación en diversas campañas. «Las primeras evidencias de vida humana en Formentera las encontramos en el yacimiento de Ca na Costa hacia el 2000 antes de cristo», nos comenta Pau Sureda, investigador de la UPF y codirector de las excavaciones, «aquí estamos hablando de una datación aproximada al 1700 AC. Es decir, serían los nietos de los primeros pobladores de la isla, dos o tres generaciones posteriores».

Desde hace tres campañas, además de los oportunos sondeos, se llevan a término también la consolidación y restauración del yacimiento, unos trabajos que en esta campaña están coordinados por un equipo de restauradores formado por Margalida Munar, Antoni Puig i Bernat Burganya, que nos pone en antecedentes. «Empezamos hace tres años, esta será ya la cuarta campaña de restauración y lo que hacemos es consolidar las estructuras para que se puedan mantener durante el tiempo a la intemperie. Además, participamos conjuntamente con el equipo de investigación en la museización del recinto, de manera que los futuros visitantes puedan entender con coherencia los diferentes espacios que conforman el poblado». Actualmente, los trabajos consisten en recolocar las piedras desplazadas, la consolidación de las estructuras, el relleno de los muros con piedras de la excavación, la nivelación del suelo y el afianzamiento de las estructuras internas con mortero de cal. «Intentamos definir las estructuras, los perímetros y los interiores dejando consolidados también todos los elementos para explicar mejor los hábitats y los trabajos que se realizaban en cada lugar». Estás labores son básicas para dar a entender a nivel didáctico la función y el funcionamiento del poblado. Por esta razón, durante esta semana y la próxima, los escolares de los distintos centros de la isla visitan el campo y toman contacto con el equipo de restauración para averiguar de primera mano cómo vivían los primeros formenterers. Asimismo, ayer se organizó una jornada de puertas abiertas y limpieza de la zona que ha de servir para dejar el yacimiento libre de vegetación. Actualmente queda un 40% del recinto para acabar de excavar y restaurar, unos trabajos que se calcula que se terminarán en un par de campañas y que permitirán que este espacio esté disponible para su visita y estudio.