Imagen de dos barcos de dos navieras que trabajan habitualmente entre las Pitiusas.

Con la puesta en marcha de la regulación de los vehículos que circulan por la isla este verano, Formentera ha dado un gran paso en cuanto a la consecución de normativas dirigidas a la sostenibilidad. Sin embargo, la menor de las Pitiusas todavía tiene pendiente resolver otras demandas relacionadas con el tráfico marítimo y que deberán ser lidiadas esta legislatura en el Parlament. La diputada Sílvia Tur declaró al respecto que su misión «es conseguir que el Govern apruebe un decreto pensando en el interés general y que vea el transporte marítimo entre Ibiza y Formentera como un servicio público».

Desde Formentera, las demandas que Tur puso sobre la mesa la anterior legislatura y continuará luchando la actual abordan tres ejes principales: garantizar las frecuencias a primera y última hora del día entre Ibiza y Formentera; regular las excursiones marítimas; y establecer restricciones que obedezcan a la preservación del medioambiente. Respecto al último punto, Tur señaló como ejemplo que «este año, ya en la primera semana de abril, había días en los que había hasta cuatro salidas simultáneas con una ocupación bajísima que no llegaba ni al 20% de pasaje por embarcación». En este sentido, declaró que, si bien «esta cuestión de la simultaneidad de las salidas hasta ahora no había llamado tanto la atención», ahora también «entra en juego». Desde su punto de vista, «tenemos una línea muy saturada que está operando en pleno parque natural y dentro de una reserva marina como es Freus».

La diputada también insistió en que «cada vez son más las voces de alarma que apuntan a que el volumen de tráfico marítimo no es sostenible y está generando perjuicios a muchos niveles». Por esta razón, abogó por «afrontarlo con seriedad, de una manera integral y que el decreto que finalmente se apruebe obedezca, como mínimo, a dar solución a estos tres criterios». «No tiene sentido hacer actuaciones para limitar la entrada de vehículos a Formentera o regular el fondeo y que después no seamos capaces de abordar otras cuestiones como esta», manifestó Tur. Esto, junto a la «cuestión fundamental» de «poder salir de Formentera a primera hora y poder llegar a casa por la noche» y el control de las excursiones que «generan un problema cuando hay un número muy importante, llegan todas simultáneamente y generan una situación de congestión» serán «prioridad» los próximos años desde Palma. Así, una vez se constituya el Parlament la próxima semana, la diputada de Formentera tiene previsto presentar una interpelación «pidiendo explicaciones sobre en qué punto está el decreto de transporte marítimo […] y sobre si realmente el Govern tiene intención de aceptar las demandas que se trasladaron por parte del Consell».

Las navieras
El delegado de la Patronal de Empresarios de Actividades Marítimas (APEAM) en las Pitiusas, Rafael Cardona, explicó ayer que la toma de decisiones sobre las frecuencias entre Ibiza y Formentera «es una posición comercial» de las navieras y que «es difícil determinar» si el número actual es adecuado: «A mí, como naviero, ni me parecen muchas, ni me parecen pocas».

Cardona recordó que en 2012 «la Comisión Nacional de Competencia decidió que dos navieras que hacía más de diez años que trabajaban conjuntamente estaban haciendo una cosa ilegal» y que «desde este momento las navieras estructuran los viajes comerciales que creen que son interesantes para el negocio y satisfacen a los usuarios».

En cuanto a si la congestión de embarcaciones puede suponer un peligro en la seguridad marítima, en referencia al suceso entre el Bahama Mama de Baleària y el Kontiki II de Aquabus, el delegado de la patronal explicó que «es muy difícil de valorar» este caso concreto. No obstante, restó importancia al hecho dado que, desde su punto de vista, «es insignificante, porcentualmente» al volumen de tráfico marítimo global.