Quiosco de Cala Saona en proceso de desmontaje.

El presidente de la Asociación de Concesionarios de Playa de Formentera, Bartolo Escandell, instó ayer al Consell a buscar «alguna fórmula» para «proteger a las pequeñas empresas familiares de la isla» para que pudieran seguir realizando su labor en las concesiones playeras, en detrimento de las macroempresas y multinacionales que quieren desembarcar en el sector.

Pese a realizar esta petición, Escandell se mostró realista y vio «imposible» que las pequeñas empresas familiares puedan recibir algún tipo de apoyo en este sentido desde la máxima institución porque «el mundo está cada vez más globalizado y el pequeño se va a la ruina».

El presidente de la Asociación de Concesionarios de Playas indicó que, con la entrada de este tipo de empresas en el sector turístico de la isla, «se van a perder muchas cosas, además del trabajo de muchas familias». En este sentido, insistió en que «en el momento en que el cliente llegue a Formentera, va a notar la diferencia en cualquier sitio de playa al que vaya. Eso del trato de tú a tú y de ser amigo del empresario, se terminó. Se terminó el tener turistas que sean amigos de Formentera y amigos de la gente de Formentera para ser simplemente un número más», vaticinó.

Desde el Consell, por su parte, insistieron en que nada se puede hacer para favorecer en la adjudicación a las empresas familiares de la isla y recordaron que el procedimiento de adjudicación, tal como prevé el artículo 75.1 de la Ley 22/1988, de 28 de julio, de Costas «tiene que respetar los principios de publicidad, objetividad, imparcialidad, transparencia y concurrencia competitiva».

Asimismo, recordaron que se valora para la adjudicación que la empresa tenga experiencia en el sector, «pero por ley no se puede valorar que sea el anterior explotador».

La máxima institución de la pitiusa del sur subrayó a su vez que, por primera vez, «se establece la obligación de los órganos de contratación de velar por que el diseño de los criterios de adjudicación permita obtener obras, suministros y servicios de gran calidad, concretamente mediante la inclusión de aspectos cualitativos, medioambientales, sociales e innovadores vinculados al objeto del contrato».

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El Consell Insular de Formentera indicó a su vez que, desde la última licitación de las concesiones de playas realizada en el año 2013 «la Ley de Contratos del Sector Público ha cambiado, el marco normativo ahora es mucho más exigente que en 2013. Además, hay que tener en cuenta que tenemos la obligación de tener libre concurrencia entre todos los ciudadanos de la Unión Europea», por lo que empresas extranjeras también han podido optar al concurso.

Respecto a los cambios que se han producido a la hora de valorar las ofertas, «en la presente adjudicación se da más peso a cuestiones medioambientales (instalaciones, materiales y residuos), a la calidad del servicio y a otras cuestiones de carácter social y de formación en igualdad y derechos laborales», concluyeron desde el Consell.

Se espera tener listo el proceso el mes que viene para que las empresas que resulten adjudicatarias tengan tiempo suficiente para que puedan instalar los quioscos. El objetivo es que puedan estar plenamente operativos para el puente de Semana Santa.

Lo que más interesa: las hamacas y sombrillas de la playa de es Pujols

Un total de 112 empresas de todo el territorio europeo optan a la explotación de las 50 concesiones de servicios de temporada en las playas de Formentera hasta el año 2027, como son chiringuitos y alquiler de hamacas y sombrillas.

El que más interesa a los empresarios, a tenor del número de solicitudes que ha recibido (un total de 16) es la concesión de 70 hamacas y 35 sombrillas en la playa de es Pujols. Le sigue, con 15 empresas interesadas en su gestión, el quiosco de la misma playa de Es Pujols con 20 metros cuadrados de instalación cerrada, un baño de 10 metros cuadrados y una terraza abierta de 30 metros cuadrados.

Por detrás en interés empresarial está la gestión del quiosco y un lote de 60 hamacas y 30 sombrillas en Cala Saona, con 10 empresas que pugnan por la concesión.