Vista de los muertos para fondeos retirados ayer por la empresa Tragsatec.

«No es asumible el impacto a nivel visual que tiene la solución técnica que se ha dado para el acceso a los pantalanes» de s’Estany des Peix desde tierra. Así de contundente se mostró ayer la presidenta del Consell de Formentera, Ana Juan, a la hora de valorar la decisión que tomó el pasado viernes de parar los trabajos de esta infraestructura al comprobar el rechazo social que estaba provocando por su impacto visual en la zona. Juan recordó que la pasarela, que estaba en incluida en toda su dimensión en el proyecto que se aprobó en 2018 en la institución, «cumple con toda la normativa de seguridad, de accesibilidad y lo que busca es conectar la parte terrestre con los pantalanes». Unos pantalanes que «están dirigidos a personas mayores, y necesitamos que esta solución técnica sea practicable, cumpla con la accesibilidad y sea segura», añadió la presidenta insular.

Por su parte el conseller de Medio Ambiente, Antoni Tur, reconoció que la pasarela «tiene más impacto visual del que habíamos pensado, por lo que se ha tomado desde el Consell la decisión de «trabajar a corto plazo para reducir al máximo la altura de la pasarela de forma transitoria» mientras que se trabaja a medio plazo con las empresas que ejecutan las obras en el lago para buscar una solución definitiva. Unas propuestas que espera poder ir recibiendo a lo largo de esta misma semana.

No afecta al proyecto

Tur insistió a su vez en que esta modificación en la pasarela «no va a afectar al transcurso del proyecto a nivel global, nos manejamos en los tiempos que habíamos dicho inicialmente», por lo que a final de mayo «las instalaciones estarán ejecutadas». Asimismo, estos cambios tampoco repercutirán, según el conseller de Medio Ambiente, al transcurso de la resolución de las solicitudes para ocupar alguno de estos amarres. De hecho, reconoció que «estamos trabajando con personal adicional para poder tener el mes que viene la lista provisional de los 285 amarres».

El director de la obra, Pablo Quesada, defendió la solución técnica que se buscó en el proyecto elaborado por la empresa Tragsatec y que fue aprobado por el Consell, «que justifica la altura de las pilas». Concretamente, desde el punto de vista de la normativa, «esa altura de la pasarela se calcula por un temporal máximo. Se define a partir de la pleamar máxima más la altura de la ola, y esto es lo que condiciona la altura de la estructura».

Deshacer lo hecho

Desde Sa Unió, por su parte, volvieron a reclamar al Consell que «paren inmediatamente la obra, que no toquen nada, que comprueben lo que se ha hecho y que las administraciones competentes, Demarcación de Costas y Parque Natural, determinen cuál es la mejor manera de deshacer lo que se ha hecho mal». Y es que, según manifestó el portavoz de la coalición, Lorenzo Córdoba, lo que se ha ejecutado en s’Estany no es lo que había proyectado. «El proyecto ejecutivo es lo que se expuso y se aprobó y es el que está publicado en la web del Ministerio de Transición Ecológica. No creo que se pueda cambiar una pasarela flotante, que va con amarres ecológicos, por unos pilones de hormigón», que a la vista de las imágenes «suponen unas 70 toneladas de hormigón», subrayó Córdoba. «Son desafortunadas las declaraciones de Ana Juan al decir que no era tolerable el impacto visual. Ha priorizado lo que a ella le ha dado problemas porque lo realmente intolerable es el impacto medioambiental que se ha producido. A la oposición se le enseñaron unas imágenes de cómo iba a quedar la plataforma y los pantalanes, y nada tiene que ver con lo que se ha hecho», denunció.

Insistió a su vez en que el informe de impacto ambiental estaba hecho sobre el proyecto ejecutivo, y no sobre la modificación del proyecto, «por lo que puede haber problemas que tendrán que evaluar las administraciones competentes».

El portavoz de Sa Unió manifestó a su vez que «si el jefe de obra nos dice que la plataforma está hecha con las medidas básicas de seguridad y el Consell nos dice que lo va a bajar, entonces no será seguro». En este sentido, reclamó que se haga «un proyecto de esa parte de manera específica tanto a nivel de seguridad como de impacto ambiental, y hasta que no esté hecho no deberían tocar nada», abundó.

Criticó a su vez que tanto el conseller de Medio Ambiente con la presidenta de la institución hayan tenido que esperar a que esté terminada la pasarela «para darse cuenta de que tiene un impacto visual y medioambiental muy fuerte. Me parece de una incompetencia total», aseguró.

Por todo ello, aseguró que su coalición «exigirá responsabilidades tanto por el daño ambiental como por el sobrecoste que se ha producido en estos trabajos. Los consellers y Presidencia son los responsables de la mala gestión y de hacer cosas que no estaban en el proyecto», sentenció.