Hace un año y medio, cuatro farmacéuticos de las Pitiüses - tres de Eivissa y uno de Formentera- se comprometieron a sacar adelante un proyecto común: poner en marcha un laboratorio farmacéutico en el corazón de los campamentos saharauis. Hoy, ese proyecto es una realidad que se va acabando de conformar día a día. Las visitas por parte de los farmacéuticos ibicencos para realizar estudios de viabilidad y perfilar el trabajo que allí se lleva a cabo son frecuentes. Mientras tanto, Chej-Lekbir, estudiante de farmacia, se prepara en la farmacia de Tur Vinyes para dirigir el laboratorio que, cómo él mismo comenta, «cubre las necesidades de todos los campamentos saharauis situados en la zona de Raburi».

Chej-Lekbir ya estuvo realizando prácticas en la isla el año pasado durante tres meses -de abril a junio-. Transcurrido ese tiempo Chej-Lekbir volvió a su país para supervisar el funcionamiento del laboratorio. El pasado mes de febrero volvió para continuar sus estudios. Durante todo este tiempo, el farmacéutico saharaui ha estado trabajando en laboratorios de farmacias comerciales, pero la semana que viene empezará a hacer prácticas en el laboratorio hospitalario de Can Misses, ya que,«en este momento, le interesa más aprender el funcionamiento de este tipo de laboratorio que el de una farmacia comercial, un punto de venta», comenta Justo Juan, portavoz de los farmacéuticos asociados al proyectos - que ayer partió hacia el Sahara para supervisar el laboratorio-.

El objetivo es que Chej-Lekbir controle a la perfección la fabricación de medicamentos de todo tipo: «Los campamentos, en este momento, necesitan medicamentos de toda índole: antibióticos, analgésicos, antidiarrricos, anticatarrales...», comenta.