El paseo Vara de Rey se llenó de nuevo de puestos en los que librerías, editoriales, publicaciones y entidades ciudadanas mostraron sus ofertas. Foto: GERMÁN G. LAMA.

D e 0 a 100 años, estos son los límites de edad a la hora de salir a la calle el día de Sant Jordi y curiosear entre los libros que se amontonan en los puestos que pueblan las aceras. Solo un día al año -el 23 de abril- miles de vólumenes salen de paseo. Y salen, como mandan los cánones, acompañados de rosas rojas.

En Eivissa, suelen congregarse en Vara de Rey. Literalmente -como sucedió ayer- toman el paseo de punta a punta y un reguero de gente deambula tranquilamente parándose aquí y allá, consultando, preguntando y comprando. Los comerciantes, no obstante, presentaban cierto aire desquiciado y acalorado, aunque la mayoría consiguió terminar el día con la sonrisa puesta. «Un día de locos. A estas horas -las seis de la tarde- ya no sé dónde está nada. Todo está desordenado. Pero, lo peor es controlar que los chavales no se lleven los libros sin pagarlos. A partir de los 12 años son terribles», comentaba ayer la responsable de una conocida librería infantil, quien no dudó en comparar las visitas de los colegios con «el caballo de Atila».

A lo largo de Vara de Rey la oferta temática era inacabable: libros de cocina, de arte, de historia, novelas, esotéricos, de política, de divulgación, biografías poblaban el paseo. Muchos de los puestos estaban, sin embargo, especializados en ofertas concretas. Los responsables de Editorial Mediterrània, por ejemplo, destacaron que, respecto al año anterior, las ventas de libros editados en la isla se habían «disparado», mientras que los autores best sellers en castellano que el año anterior habían arrasado -Isabel Allende o Maruja Torres- «casi no habían salido». En este sentido, una de las encargadas de otra de las editoriales pitiusas, Res Pública, confirmó el aumento de las ventas y comentó «que incluso señoras que pasaban por el puesto con las bolsas de la compra se han parado a curiosear e incluso a comprar». Pero ayer había público para todos los temas. Los libros de cocina fueron también algunos de los más vendidos: monográficos y libros especializados en cocina natural, como «Cocina sana», fueron los que más salieron. En este sector cabría incluir el puesto de Sa Moderna, un stand que, como comentó uno de sus responsables, «se parece más a una pescadería que a un puesto de venta». En él, los dependientes fabricaban al momento revistas «a la carta», ya que los clientes elegían el número de láminas y poemas que deseaban incluir en su revista.

Los ibicencos, no obstante, no se olvidaron de las novelas, auténticas estrellas del día del libro. Una vez más, Antonio Gala, Maruja Torres con «Mujeres en pie de guerra», Vázquez Montalbán con «Y Dios entró en la Habana» o Isabel Allende con «La hija de la Fortuna» fueron los libros más vendidos. Aunque el resto no se quedaron sin dueños. «Hemos vendidos libros de punta a punta del puesto -dividido por temas y secciones-», comentaban los responsables del stand de la librería Paperum. En definitiva, Vara de Rey se convirtió ayer en una auténtica fiesta en la que no faltaron los puestos de distintos partidos políticos, grupos ecologista u organizaciones no gubernamentales que aprovechaban para difundir sus publicaciones y folletos informativos.