El aspecto de la playa de Santa Eulária se modificó radicalmente ayer por la mañana. Al mediodía la plana arena se había transformado en un centenar de castillos. (FOTO: VICENÇ FENOLLOSA).

E l plano de la imaginación creó ayer en la bahía de Santa Eulária un reino de castillos de arena. Armados con cubos, palas y rastrillos, trescientos pequeños caballeros del municipio ibicenco, distribuidos en partidas de tres, confeccionaron su propio universo de cuento, dispuestos a conseguir el trofeo: un premio a la labor de equipo.

Duplicando el número de participantes de la convocatoria anterior y avalada por el éxito de los cinco años en los que se lleva celebrando este concurso, la iniciativa del ayuntamiento ha desbordado sus propias previsiones y hubo de retrasarse el inicio de la prueba en una hora y media ante la avalancha de niños. Mientras los mayores se debatían en cuestiones burocráticas, la ilusión reinaba entre los más pequeños, agrupados en equipos clasificados por edades según el miembro mayor del conjunto. Había cinco categorías: infantil; primero y segundo de primaria; tercero y cuarto; quinto y sexto; y primero y segundo de ESO y un solo nivel: el entusiasmo.

María José, Romina y Alicia, son ya veteranas en estas lides. En 1998 obtuvieron un galardón y por eso van a lo seguro y repetirán con su dragón. Un personaje que Ramón quiere incluir en su obras pero por el que su hermano mayor, Alberto, no está dispuesto a ceder. Cada uno tiene una visión de su propiedad y cuando la opción depende de varios, es aún más difícil. Convertir los sueños en realidad, nunca es sencillo.