Merengues y culés parecen enemigos irreconciliables.

Nacieron con dos años de diferencia pero su historia se remonta mucho atrás, un tiempo en el que cada enfrentamiento se recordaba como una campaña bélica. Los uniformes, las figuras y los equipos variaban pero su rivalidad era, junto al balón, el nexo en común. La peña blaugrana surgió en el 91, en pleno «Dream team», el combinado de Cruyff que hizo soñar a todos los aficionados culés con nombres como Laudrup o Koeman. La euforia llegó también a la isla y cerca de 150 socios confeccionaron la entidad deportiva. Actualmente, este número ha descendido al centenar, algunos menos que entonces pero quizás más comprometidos y conscientes de su identidad deportiva. Al menos así lo entiende su presidente en funciones, Pedro Juan Rubíes, que se atreve a dar una quiniela para el evento de mañana a las nueve: «Un tres cero. Hay mucha euforia. Tenemos grandes nombres y aunque quizás haya que pulir algunos aspectos, somos mejores que el Real Madrid». El Pub Nico de Santa Eulària será el escenario elegido para ver si sus presagios se hacen realidad,en el que espera se concentre un buen número de hinchas.

Enfrente, y seis puntos por debajo de la tabla -que pueden convertirse en tres o nueve- un equipo «al que todavía le falta algo de cohesión pero que sólo necesita un aliciente como el del Camp Nou para encontrar el estilo que les ha hecho campeones del mundo y de Europa», afirma Pepe, presidente de la peña madridista. Can Tixedó en Sant Jordi se llenará de merengues (hasta 260) que defienden ambos títulos como baulartes «del honor que significa para el Barcelona jugar contra nosotros» y que les hace augurar un desenlace en el marcador de 2-3. Más modestos quizás pero no menos seguros de sus posibilidades.